• Se cree que la irrupción de las IA en el mercado laboral afectará al 19 % de los puestos de trabajo en EU; Statista.

• El impacto de la IA en el mercado laboral afectará a 300 millones de empleos incluyendo artistas, creadores y usuarios; Statista.

• El valor de la industria IA rebasará los 300 mil millones de dólares en 2025.

La creación de la Inteligencia Artificial está determinada por el entendimiento, la inteligencia y los parámetros de lo humano, todavía. Esto abre muchos dilemas y complejidades éticas, pero sobre todo económicas. Una de ellas es si se debería pagar a los artistas por los datos de la “educación” que recibe la IA, y esto es lo que respondió el vicepresidente de OpenAI, la empresa creadora de ChatGPT.

Justo, esta empresa OpenAI, una de las marcas más grandes del mercado acaba de alcanzar un acuerdo con inversores que la llevó a valorarse en al menos 80 mil millones de dólares, según el diario The New York Times.

Según datos de Statista, diversas empresas han tenido un gasto global en términos de automatización robótica o inteligente de procesos, así como en operaciones de inteligencia artificial desde 2016 hasta 2021 de 9 mil 600 millones de dólares. El  impacto de la inteligencia artificial podría ocasionar una ruptura en el mercado laboral que afectaría a 300 millones de empleos en todo el mundo. De esto no están exentos, los artistas, los creadores, las miles de personas involucradas en la industria ni los millones de usuarios de todo el mundo.

Pago para los artistas que ‘educan’ a la IA

Qué parte de todo ese dinero, le corresponde o no, a todos los creadores involucrados indirectamente con el desarrollo de una IA. ¿Cómo se debería compensarse o no, a los artistas cuyo trabajo se utilizó para entrenar IA generativa como ChatGPT? Peter Deng, vicepresidente de productos de consumo de OpenAI, se mostró reacio a dar una respuesta franca a la pregunta.

“Esa es una gran pregunta”, dijo cuando el socio de SignalFire Josh Constine, formuló la pregunta. Pero el hecho de que Deng eludiera la pregunta se debe en gran medida a que OpenAI se encuentra en una posición legal delicada en lo que respecta a este detalle, y a las formas en que utiliza datos para entrenar sistemas de IA generativa como la herramienta de creación de arte DALL-E 3 , que está incorporada a ChatGPT.

Los sistemas como DALL-E 3 se basan en una enorme cantidad de ejemplos (obras de arte, ilustraciones, fotografías, creadores) que  provienen de sitios públicos y conjuntos de datos de la web. OpenAI y otros proveedores de IA generativa argumentan que el uso de la doctrina legal que permite utilizar obras protegidas por derechos de autor, con el fin de realizar una creación secundaria, siempre que sea transformadora, protege su práctica de extraer datos públicos y usarlos para capacitación sin compensar ni siquiera acreditar a los artistas.

De hecho, OpenAI argumentó recientemente que sería imposible crear modelos de IA útiles sin material protegido por derechos de autor. “Entrenar modelos de IA utilizando materiales de Internet disponibles públicamente es un uso legítimo, como lo respaldan precedentes de larga data y ampliamente aceptados”, escribe la compañía en una publicación de blog de enero . “Consideramos que este principio es justo para los creadores, necesario para los innovadores y fundamental para la competitividad de Estados Unidos”.

Y, ¿los creadores están de acuerdo?

Por supuesto que no. De hecho, diversos creadores han presentado una demanda colectiva encabezada por  artistas como Grzegorz Rutkowski  (Dungeons & Dragons y Magic: The Gathering) contra OpenAI, Midjourney y DeviantArt. Esta demanda se centra en demostrar que dichas herramientas de IA replican los estilos de los artistas, sin el permiso explícito de los artistas, permitiendo que los usuarios generan piezas semejantes a las originales de los artistas, y que a pesar de ser nuevas, los artistas no reciben ningún pago.

Aunque OpenAI tiene acuerdos de licencia con algunos proveedores de contenido, como Shutterstock, no hay ningún control establecido de todos los usuarios. Asimismo, OpenAI permite a los artistas la opción de “no participar” y eliminar su trabajo de los conjuntos de datos que la empresa, para que no permita “entrenar sus modelos de generación de imágenes.” El problema que enfrenta los artistas, es que dicha herramienta de exclusión voluntaria solo es aceptada si se envía una copia individual de cada imagen, junto con una descripción, como onerosa y la negativa, para poder eliminarla de la base de datos de la IA.

“Los artistas deben ser parte del ecosistema tanto como sea posible”, dijo Deng. “Creo que si podemos encontrar una manera de acelerar la creación de arte, realmente ayudaremos un poco más a la industria… En cierto sentido, cada artista se ha inspirado en artistas que los precedieron, y me pregunto ‘¿cuánto de eso se acelerará?’”.

Los autores George RR Martin (Game of Thrones) y John Grisham (The Exchange) también han demandado a la compañía detrás del software de inteligencia artificial ChatGPT, argumentando que violó sus derechos de autor para entrenar al sistema y dejar que “aprenda” analizando grandes cantidades de información de los artistas.

La demanda argumenta que los libros de los dos escritores se habían usado sin su permiso para hacer que ChatGPT fuera más inteligente. OpenAI, la compañía detrás del software, dijo que había respetado los derechos de los escritores, y que creían que “se beneficiarían de la tecnología de IA”.

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