- En cinco años, los arrestos por protestas aumentaron casi 10 veces en el Reino Unido.
- La campaña se desplegó en carteles digitales de ciudades con alto tránsito, como Londres, Birmingham y Mánchester.
- Ocean Outdoor y la agencia Elvis adaptaron el formato publicitario digital para simular una manifestación física.
Una campaña pone sobre la mesa una idea: si manifestarse en la calle puede costarte la libertad, ¿por qué no protestar desde una valla digital?
Bajo ese concepto, activistas sociales en Europa han convertido los “mupis” urbanos en escenarios virtuales para visibilizar sus reclamos sin enfrentar la amenaza de ser arrestados.
La iniciativa, impulsada por una alianza de organizaciones sociales y ejecutada por la agencia creativa Elvis, utiliza los soportes publicitarios de la red Ocean Outdoor.
En las pantallas aparecen manifestantes reales (filmados en estudio) que portan pancartas en defensa de diferentes causas: medio ambiente, derechos civiles, salud pública, justicia racial y más.
El mensaje es directo: “Estoy protestando aquí dentro para evitar ser arrestado ahí fuera”.
Las ubicaciones de estas piezas no son aleatorias: fueron desplegadas en zonas comerciales de alto tránsito peatonal, donde normalmente se vería una manifestación física. Así, sin interrumpir el orden público ni infringir regulaciones locales, los activistas logran mantenerse visibles y presentes en el debate público.
Detrás del cartel, un contexto de tensión y control
El uso de las vallas digitales no surge de una moda, sino como respuesta a un entorno cada vez más restrictivo hacia las protestas públicas. En los últimos años, autoridades locales han endurecido las leyes que regulan las manifestaciones, facilitando detenciones preventivas incluso cuando no se han cometido delitos.
Datos citados por RW revelan que, en una de las principales capitales europeas, los arrestos por “conspiración para causar molestias públicas” se multiplicaron por diez desde 2019, pero menos del 3% derivaron en cargos formales.
Es decir, miles de personas fueron detenidas por ejercer su derecho a protestar sin que luego se comprobara ninguna infracción.
Las organizaciones involucradas en la campaña dicen que se trata de una estrategia para intimidar, recolectar datos personales y disuadir futuras manifestaciones. En paralelo, buscan presionar al gobierno para revertir reformas legislativas que limitan las libertades civiles.
Publicidad exterior y activismo: buena combinación para Greenpeace
Más allá del contenido político, la campaña ofrece un aprendizaje valioso para la industria publicitaria: cómo reinventar formatos tradicionales para conectar con las emociones, los valores y el sentido de justicia de una audiencia.
Entre los puntos clave del despliegue destacan:
- Los mupis no solo muestran imágenes: reproducen vídeos donde los activistas parecen hablar directamente al transeúnte.
- Incluyen códigos QR que dirigen a sitios donde se explican las leyes que limitan las protestas y cómo presionar a los legisladores.
- La participación de figuras públicas como actores, médicos y académicos le da más peso social y mediático a la campaña.
Este enfoque convierte al soporte OOH en mucho más que un espacio visual: se vuelve una plataforma de acción, reflexión y posicionamiento.
Y abre la puerta a nuevas formas de activismo digital, especialmente relevantes para marcas y campañas sociales que buscan visibilidad sin caer en controversias legales o físicas.
Por qué importa a la industria mexicana de marketing
Aunque el contexto legal que disparó esta campaña es europeo, su lógica se puede aplicar en cualquier ciudad donde las protestas estén bajo presión, o donde las marcas busquen alinear sus valores con causas sociales sin perder impacto.
- El formato OOH digital puede ser adaptado para causas sociales sin perder impacto visual ni efectividad.
- Las experiencias virtuales en espacios físicos ayudan a sortear barreras legales o de seguridad.
- El storytelling de la campaña de Greenpeace humaniza a los protagonistas y genera empatía inmediata con el espectador.
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