
La industria del cine norteamericana todavía enfrenta un largo camino para regresar a los niveles récord de taquilla previos a la pandemia. De hecho, en 2024, los ingresos en taquilla alcanzaron aproximadamente 8,600 millones de dólares, lo que representa una caída del 23 % en términos nominales respecto a 2019, y un 38 % menos al ajustar por inflación, según datos de la consultora The Numbers. A pesar del éxito global de películas como “Lilo & Stitch” que superó los mil millones de dólares, las cifras de la industria siguen siendo un tanto decepcionantes.
Este panorama es resultado de varios factores combinados, la huelga de guionistas de 2023, que retrasó el lanzamiento de grandes producciones, las presiones económicas derivadas de la inflación y, sobre todo, la transformación profunda en los hábitos de consumo de entretenimiento. La pandemia no solo interrumpió temporalmente la asistencia a las salas, sino que también aceleró el cambio hacia el consumo digital desde casa, donde las plataformas de streaming ofrecen contenido accesible y personalizado a demanda.
Durante la crisis sanitaria, la industria implementó el estreno simultáneo en cines y plataformas digitales, una estrategia que ha permanecido para mantener audiencias pese a las restricciones. Sin embargo, esta modalidad ha dificultado el regreso a la antigua normalidad, pues los espectadores se han habituado a la comodidad del streaming, creando un reto para estudios y exhibidores que buscan revitalizar la asistencia presencial.
Más allá de enfocarse únicamente en la taquilla, el verdadero desafío para el cine en esta nueva era es reinventar su propuesta para un público que cambió para siempre.
En contraste, el mercado mexicano muestra una recuperación más acelerada y optimista. Aunque también sufrió un duro impacto por la pandemia, la taquilla nacional ha evidenciado un repunte constante, impulsada por una sólida cultura de asistencia y eventos presenciales. La industria local ha sabido capitalizar el resurgimiento de producciones nacionales y la exhibición de éxitos internacionales, junto con la expansión de multiplex y mejoras en la experiencia del usuario.
Sin embargo, México no está exento de los retos globales, la competencia del streaming y la evolución en los hábitos del consumidor también demandan innovación continua para sostener este crecimiento. En esta carrera global, las salas de cine mexicanas deberán seguir adaptándose para ofrecer un valor agregado que motive al público a regresar y mantenerse fieles al formato tradicional.
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