La protección del medio ambiente, aunque esencial para el futuro del planeta, no siempre figura como una prioridad máxima para la mayoría de la población mundial. Así lo revela una reciente encuesta internacional realizada en 56 países por Statista Consumer Insights, que refleja una realidad compleja y diversa sobre cómo las personas valoran los problemas ambientales en comparación con otras preocupaciones sociales y económicas.

Según el estudio, solo entre el 19% y el 46% de los encuestados consideran que cuidar el medio ambiente es uno de los asuntos más urgentes que enfrenta su país. En Latinoamérica, Brasil destaca con un 46% de preocupación ambiental, el nivel más alto entre las naciones evaluadas, aunque para sus ciudadanos, problemas como la pobreza, el desempleo y la inseguridad aún tienen mayor peso. Por lo tanto, México se destaca en el segundo lugar como el país latino con mayor interés en cuidar el planeta.

En contraste, países como Estados Unidos y Japón muestran niveles mucho más bajos, con solo un 25% y 19% respectivamente, ubicando el cuidado ambiental como una prioridad secundaria o incluso marginal.

Europa presenta un panorama intermedio, con países como Italia (37%) mostrando una mayor conciencia ambiental que España y Francia, donde apenas el 30% de la población considera este tema prioritario. Sin embargo, en naciones europeas, las preocupaciones económicas, sociales y otras problemáticas medioambientales como el cambio climático y la vivienda suelen relegar la protección ambiental a un lugar menos destacado.

En Asia, la percepción también es heterogénea. India, con un 37%, manifiesta una mayor sensibilidad hacia el cuidado del entorno natural, seguida de China con alrededor del 30%. Japón, por su parte, es uno de los países con menor preocupación ambiental según el sondeo.

Este panorama evidencia que, aunque el cambio climático y la degradación ambiental están en la agenda global, la realidad cotidiana y los desafíos inmediatos como la pobreza, la seguridad y la estabilidad económica dominan la atención de los ciudadanos. En otras palabras, la urgencia ambiental debe competir con otras problemáticas que impactan de manera directa en la calidad de vida de las personas.

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