
En el sector empresarial, el valor del tiempo se redefine constantemente, y pocas cifras lo ilustran tan bien como la velocidad con la que las empresas logran facturar su primer millón de dólares. Mientras para muchas compañías emergentes o negocios tradicionales esa cifra representa años de trabajo y esfuerzo, para los gigantes globales de la tecnología es cuestión de minutos, o incluso segundos.
Un reciente análisis realizado por EmpreHouse revela cómo algunas de las marcas más poderosas del planeta marcan el pulso acelerado de la economía digital. Marcas como Apple, Google y otras firmas líderes no solo generan grandes ingresos, sino que lo hacen a una velocidad asombrosa, reflejando la escala y eficiencia de sus modelos de negocio.
En la cúspide de esta lista está Apple, que consigue facturar un millón de dólares en apenas 80 segundos. Esto es un reflejo de su innovación constante y una base de consumidores global que responde con rapidez a cada lanzamiento. Google, por su parte, logra la misma cifra en menos de dos minutos, consolidando su posición como uno de los motores principales de la economía digital.
Mientras que Samsung, con una fuerte apuesta en inteligencia artificial, y Meta, cuya rentabilidad se ha disparado, también destacan por superar la marca en cuestión de minutos, demostrando que la tecnología y la digitalización siguen siendo los principales impulsores del crecimiento económico acelerado.
En contraste, las marcas más tradicionales, aunque muy reconocidas y con gran influencia cultural, como Coca-Cola y Nike, necesitan varios minutos más para alcanzar ese millón. Coca-Cola tarda más de 11 minutos, reflejando quizás un modelo de negocio más maduro y menos dinámico en cuanto a ritmo de ingresos. Nike, como representante del sector deportivo, factura un millón en poco más de 10 minutos, beneficiándose de su amplia presencia global pero con una cadencia distinta a la de las tecnológicas.
Este ranking no solo muestra diferencias en velocidad, sino que también invita a reflexionar sobre cómo la transformación digital ha modificado la escala y la velocidad en que las empresas generan valor. Mientras que las plataformas digitales y los servicios en línea permiten ingresos casi instantáneos gracias a su alcance global y automatización, los sectores tradicionales enfrentan el reto de adaptarse a este nuevo ritmo.
En definitiva, esta gráfica es un espejo de la economía actual: rápida, interconectada y dominada por la innovación tecnológica, donde el tiempo es un recurso tan valioso como el dinero mismo.
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