
Aunque el automóvil sigue siendo el rey en los desplazamientos diarios alrededor del mundo, esta preferencia refleja más que una simple elección de comodidad: expone una dependencia estructural hacia un modelo de movilidad que poco se alinea con las metas de sostenibilidad urbana.
Datos de Statista Consumer demuestran que el auto particular continúa siendo el medio predilecto para ir al trabajo o a la escuela en países como Estados Unidos (72%), México (59%) y Francia (65%). Incluso en Japón, donde el transporte público goza de una alta reputación, el 41% de las personas se moviliza en coche. Este fenómeno no es casual, sino el resultado de décadas de planificación urbana centrada en la expansión vehicular, en detrimento de sistemas integrales de transporte público o infraestructura para bicicletas y peatones.
Sin embargo, este dominio del automóvil no es inocuo. Más allá del tráfico o la contaminación atmosférica, hay un enemigo silencioso: el ruido. Estudios europeos han identificado al tráfico vehicular como una de las principales fuentes de contaminación acústica, con efectos comprobados en la salud mental, el sueño y el bienestar general de las personas. El rugido constante de motores, bocinas y frenos se convierte en un telón de fondo dañino que millones de personas han normalizado sin advertir sus consecuencias.
Lo preocupante es que, pese a la evidencia sobre sus efectos adversos, los medios de transporte alternativos siguen sin despegar. En Francia y España, el uso del transporte público apenas alcanza entre el 25% y 31%, y el de la bicicleta permanece marginal. Solo en algunos países europeos y en Japón se ha logrado cierto equilibrio con una proporción más significativa de caminatas o traslados en bicicleta.
Este escenario refleja una oportunidad desaprovechada. Una ciudad que prioriza la movilidad activa como caminar o pedalear no solo reduce emisiones y ruido, sino que también promueve una mejor calidad de vida. La infraestructura peatonal segura, ciclovías conectadas y un sistema de transporte público eficiente pueden transformar el paisaje urbano y sus impactos sobre la salud.
Más que una gráfica sobre modos de transporte, estos datos son un llamado a repensar nuestras ciudades: no se trata solo de cómo nos movemos, sino de qué tipo de vida urbana estamos construyendo.
Ahora lee:
Gráfica del día: ¿Para qué usas las redes sociales?
Gráfica del día: Aquí crece la población millonaria
Gráfica del día: La seguridad en los carros autónomos