Durante décadas, Estados Unidos ha sido el líder indiscutible en tráfico aéreo de pasajeros, con aeropuertos como el de Atlanta o Chicago encabezando los rankings internacionales. Sin embargo, el panorama global de la aviación está cambiando de forma acelerada. Datos recientes de ACI World revelan que este dominio estadounidense tiene los días contados, ya que para 2042, China tomará la delantera como el mercado aéreo más grande del planeta, desplazando a EE.UU. a la segunda posición.
Este cambio no es un caso aislado.De hecho, la India, que en el año 2000 apenas figuraba en los puestos bajos del ranking global con sus aerolíneas en el sitio 51 por volumen de pasajeros según la OACI ha escalado de forma constante hasta ubicarse como el tercer mercado más grande por número de viajeros. Se espera que conserve ese puesto en las próximas décadas, reflejo de su crecimiento poblacional, económico y turístico.
Pero no es solo una historia de países: es una transformación completa del eje geográfico del tráfico aéreo. En 2024, Asia-Pacífico ya superó a Europa y América del Norte como la región con más pasajeros aéreos, registrando más de 3.420 millones de personas transportadas. Las rutas internas en China lideraron con 929 millones de viajeros, lo que demuestra cómo el crecimiento no depende únicamente de conexiones internacionales, sino de una explosión de movilidad doméstica en los países asiáticos.
Otro actor que llama la atención es Indonesia. Actualmente fuera del top 10, se proyecta que para 2042 suba nueve lugares hasta convertirse en el cuarto mercado más importante, impulsado por su densidad poblacional, expansión económica y geografía insular que favorece el transporte aéreo.
En contraste, potencias tradicionales como Japón perderán protagonismo. De estar en el sexto lugar en 2023, se prevé que bajen al séptimo para 2052, una muestra de cómo el envejecimiento de la población y la estabilización de su economía impactan también en la movilidad aérea.
La carrera por dominar los cielos del mundo ha comenzado, y el futuro se escribe en Asia. Esta transformación no solo implica más aviones y aeropuertos, sino una reconfiguración de las rutas, alianzas y estrategias de la industria aérea global.