En México, la industria automotriz se ha consolidado como uno de los pilares más relevantes de la economía del país en las últimas décadas, impulsada principalmente por la instalación de plantas de ensamblaje y manufactura de algunas de las marcas más importantes del mundo. Ahora se dio a conocer que gracias a Donald Trump, BYD dice adiós a su plan de planta en México.
De acuerdo a datos de Statista, el país cuenta con más de 30 plantas armadoras distribuidas en estados estratégicos como Guanajuato, Puebla, Coahuila, Nuevo León y San Luis Potosí. Marcas como General Motors, Volkswagen, BMW, Toyota, Nissan, Ford y recientemente Tesla y BYD aunque esta última pospuso una inversión clave por factores geopolíticos han convertido a México en un hub de producción atractivo por su mano de obra calificada, su ubicación geográfica y los acuerdos de libre comercio que permiten exportar a mercados clave como Estados Unidos y Canadá sin altos aranceles.
Donde el impacto económico de estas plantas va mucho más allá de los empleos directos, se estima que la industria automotriz genera más de 980 mil empleos directos y cerca de 3 millones de empleos indirectos a lo largo de toda la cadena de valor, desde autopartes hasta servicios logísticos. Tan solo en 2024, México exportó más de 3 millones de vehículos, representando alrededor del 3 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) nacional y el 20 por ciento de las exportaciones manufactureras.
BYD dice adiós a su plan de planta en México
Se dio a conocer que el gigante chino de vehículos eléctricos BYD detuvo sus ambiciosos planes de construir una planta de producción en México, poniendo de relieve el impacto directo que tienen las tensiones geopolíticas y las políticas comerciales proteccionistas en la industria automotriz global.
La decisión, confirmada por la vicepresidenta ejecutiva de BYD, Stella Li, durante una visita a Bahía, Brasil donde la empresa inaugurará su primera planta fuera de Asia, evidencia la cautela con la que los fabricantes están abordando la expansión internacional en un contexto de creciente incertidumbre.
“Los problemas geopolíticos tienen un gran impacto en la industria automotriz”, aseguró Li, subrayando la magnitud de la incertidumbre que genera el endurecimiento comercial de Estados Unidos bajo la influencia de Donald Trump.
BYD, que evaluó hasta tres posibles ubicaciones en México, detuvo la búsqueda de terrenos a la espera de los resultados de las elecciones estadounidenses. Sin embargo, la llegada de nuevos anuncios de aranceles por parte del expresidente —que contemplan impuestos a múltiples socios comerciales, incluidos aranceles específicos a automóviles— terminó por disuadir a la firma china de formalizar su apuesta en territorio mexicano.
De acuerdo con Bloomberg News, la presidenta Claudia Sheinbaum confirmó que BYD nunca presentó una propuesta formal, mientras que el Financial Times reveló que el Ministerio de Comercio de China retrasó deliberadamente la aprobación del proyecto ante el riesgo de transferencia tecnológica involuntaria hacia Estados Unidos.
Con esto vemos como el panorama para los fabricantes de automóviles es complejo, la imposición de nuevos aranceles a la importación de vehículos podría encarecer significativamente la producción y venta de autos eléctricos en Norteamérica, afectando no solo a las empresas chinas, sino también a los gigantes automotrices estadounidenses, que ya advirtieron de un impacto millonario en costos operativos.
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