Ford Motor aumentó los precios de tres de sus modelos producidos en México a partir del 2 de mayo, convirtiéndose en uno de los primeros grandes fabricantes de automóviles en ajustar los precios de venta tras los aranceles del presidente Trump.
La industria automotriz en México no solo ha sobrevivido a una etapa de retos globales y según cifras de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), en 2024 el sector automotriz representó alrededor del 3.6 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) nacional y más del 20 por ciento del PIB manufacturero, consolidándose como una de las principales fuentes de dinamismo económico.
Ford sube precios en México
Los precios del SUV eléctrico Mustang Mach-E, la camioneta Maverick y la Bronco Sport aumentarán hasta en 2 mil dólares en algunos modelos, según un aviso enviado a los concesionarios al que tuvo acceso Reuters.
Ford anunció a principios de esta semana que la guerra comercial de Trump añadiría unos 2 mil 500 millones de dólares en costes para 2025, pero espera reducir esa exposición en unos mil millones de dólares.
Su rival, General Motors, anunció la semana pasada que se proyectaba que los aranceles le costarían entre 4 mil y 5 mil millones de dólares tras la imposición de fuertes gravámenes a las importaciones extranjeras de automóviles, pero esperaba compensar esa cifra en al menos un 30 por ciento.
Un portavoz de Ford afirmó que los aumentos de precios afectarán a los vehículos fabricados después del 2 de mayo, que llegarían a los concesionarios a finales de junio.
El portavoz añadió que los aumentos de precios reflejan las medidas habituales de fijación de precios a mitad de año, sumada a algunos aranceles que estamos enfrentando. No hemos trasladado el coste total de los aranceles a nuestros clientes.
Las acciones de Ford cayeron menos del 2 por ciento el miércoles. El fabricante de automóviles mantiene un programa de descuentos hasta el fin de semana del 4 de julio para muchos de sus modelos, según el portavoz.
Los aranceles de Trump han generado semanas de incertidumbre en el sector automotriz, ya que los principales fabricantes de automóviles de Estados Unidos y Europa han revisado sus pronósticos, modificado la producción y obligado a las empresas a paralizar sus plantas.
Tras semanas de resistencia por parte de la industria automotriz, Trump suavizó sus aranceles a las importaciones de autopartes extranjeras para otorgar a los fabricantes de automóviles créditos por lo producido en EEUU y evitar la doble imposición de aranceles sobre las materias primas utilizadas en la producción de automóviles.
Sin embargo, la Casa Blanca no ha derogado un arancel del 25% sobre los 8 millones de vehículos que EEUU importa anualmente.
Los analistas han estimado que las ventas de automóviles en EEUU podrían disminuir en más de un millón de vehículos al año si los aranceles se mantuvieran vigentes.
Ford se encuentra en mejor posición para afrontar los aranceles que algunos de sus competidores gracias a su sólida base de fabricación en EE. UU.
El fabricante de automóviles de Dearborn, Michigan, ensambla el 79 % de sus vehículos vendidos en EE. UU. en el país, en comparación con el 53 por ciento de GM, según informaron los analistas de Barclays en una nota.
Aun así, Ford importa de México uno de sus vehículos más asequibles y populares, el Maverick. La mayoría de los principales fabricantes de automóviles estadounidenses se enfrentan a importantes aumentos de precios en sus modelos más económicos producidos en el país.
Ford y GM también enfrentan importantes gravámenes a las importaciones de China y Corea del Sur, respectivamente. GM estimó que los costos de sus importaciones coreanas ascendieron a unos 2 mil millones de dólares, mientras que Ford se negó a especificar los gastos relacionados con la importación de vehículos desde China.
Los fabricantes de automóviles que dependen de las exportaciones a Estados Unidos se enfrentan a una mayor presión sobre los precios. Una docena de importantes fabricantes, entre ellos Toyota y GM, importan al menos el 40% de los vehículos que venden en EE. UU., y algunos, como Volkswagen y Hyundai Motor, importan más del 60%, según datos de 2024 de S&P Global Mobility.
Antes de la decisión de Ford, la mayoría de los fabricantes de automóviles no habían tomado la medida de subir los precios, pero habían advertido que esto estaba en camino.
Porsche afirmó que tendría que aumentar sus costos de venta si los aranceles se mantenían vigentes, mientras que Audi, la marca estadounidense de Volkswagen, también sugirió posibles aumentos de precios, sin proporcionar detalles.
En cambio, BMW prevé una disminución de los aranceles sobre los automóviles estadounidenses a partir de julio, según sus contactos con funcionarios estadounidenses, lo que representa una evaluación del clima comercial más optimista que la de muchos rivales. El director financiero de GM, Paul Jacobson, declaró a los analistas la semana pasada que el fabricante no preveía aumentos de precios inminentes, afirmando que “se sienten satisfechos con la situación actual de los precios”.
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