En entrevista exclusiva con Merca2.0, esta es la historia de Karen González, fundadora y CEO de Fitpass, quien hace nueve años visualizó un futuro donde cada persona pudiera descubrir su mejor versión, una clase a la vez.
Fitpass no nació para seguir las reglas, sino para redefinirlas. Desde su origen, esta plataforma digital fue pensada como una puerta de entrada al mundo del ejercicio, una herramienta que facilitaría el acceso a disciplinas tan diversas como el yoga, el boxeo o el HIIT. Sin embargo, el verdadero salto evolutivo llegó cuando su visión se amplió más allá del cuerpo: hacia un bienestar integral. Hoy, Fitpass no solo ofrece clases fitness, sino también servicios de meditación, spa, nutrición y belleza, consolidándose como una de las pocas plataformas que comprenden el bienestar en su totalidad.
En tiempos donde lo digital puede ser una barrera, Fitpass lo convirtió en un puente. La experiencia tecnológica es su corazón operativo: una app intuitiva y funcional que permite al usuario navegar sin fricciones hacia lo que necesita. La innovación constante no es un lujo para ellos, es una responsabilidad. Porque, como dice Karen, “la tecnología no solo facilita el acceso al bienestar, también es la clave para seguir evolucionando y ofrecer un valor diferencial”.
La ambición de Fitpass por expandirse más allá de las fronteras mexicanas los llevó, en apenas 16 meses, a plantar bandera en tres países. Pero el mapa del bienestar internacional tiene matices complejos. La pandemia y otros factores externos los obligaron a frenar, a repensar. Hoy, su estrategia prioriza la **consolidación y rentabilidad** en los mercados donde ya operan. Es una decisión madura: crecer no siempre es extenderse, a veces es profundizar.
En un mercado donde compiten gigantes globales como ClassPass o Gympass, Fitpass brilla con luz propia por una razón sencilla pero poderosa: entiende a Latinoamérica. Nació y creció en México, y eso se nota. Se nota en la cercanía con los usuarios, en la personalización de los planes, en los convenios con estudios locales, y en la integración de servicios que responden a la cultura y estilo de vida de su comunidad. Y quizás, lo más disruptivo: su apuesta por incluir belleza y spa en la misma plataforma. Porque sentirse bien también es verse bien.
Karen González no solo dirige una empresa, lidera un movimiento. Fitpass ha entendido que las nuevas generaciones no buscan simplemente hacer ejercicio, buscan una comunidad, una experiencia completa que les ayude a encontrar balance. Su app, sus eventos, sus alianzas estratégicas y su enfoque holístico responden a una verdad fundamental: el bienestar ya no es un destino, es un estilo de vida.
En una época donde abundan las plataformas, Fitpass es más que una aplicación: es una filosofía. Y en un entorno donde la salud mental y física son más importantes que nunca, Karen y su equipo están demostrando que la innovación puede tener propósito, y que el bienestar —cuando es auténtico y accesible— transforma no solo cuerpos, sino vidas.