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Los taxis autónomos funcionan mediante una combinación de IA, sensores LIDAR, cámaras, radares y GPS para operar sin intervención humana.
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Los taxis se están innovando con la llegada de la tecnología.
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Se prevé que los ingresos en el segmento de taxis y viajes compartidos alcancen los 3 mil 910 millones de dólares para este 2023, según refiere Statista.

Subirse a un auto que se maneja solo ya no es cosa de películas futuristas ni de millonarios en Silicon Valley. En pleno auge por convertir los autos en experiencias más que en simples medios de transporte, Tesla ha comenzado a ofrecer viajes en sus primeros robotaxis en Austin, Texas, desde solo 4 euros.
Sí, lo que antes parecía exclusivo de ferias tecnológicas o pruebas cerradas, hoy se traduce en una experiencia de movilidad autónoma que cuesta lo mismo que una bebida en una cafetería. Aunque por ahora la prueba está reservada para influencers y se limita a zonas específicas y condiciones climáticas óptimas, el precio envía un mensaje claro: la conducción autónoma busca masificarse, no quedarse como un lujo.
La fiebre por los autos no solo se trata de diseño o potencia, sino de vivir algo diferente. Y Tesla lo sabe. Por eso, sus robotaxis con el sello visual del Cybertruck no solo manejan solos, también parpadean sus luces traseras para avisarte que llegaron, como si tuvieran personalidad propia.
What’s it like to drive in a @Tesla @Robotaxi at night? Here’s my 12th and final ride of the very successful worldwide debut of the Robotaxi service!
I want to once again congratulate all @Tesla_AI and @Tesla teams on their work behind the scenes to make today such a great… pic.twitter.com/TMyOK5Ja4l
— Joe Tegtmeyer 🚀 🤠🛸😎 (@JoeTegtmeyer) June 23, 2025
Con un asistente humano a bordo solo como respaldo, pero sin controles visibles, esta nueva propuesta redefine lo que entendemos por transporte público y experiencia digital. El coche ya no se compra: se vive.
Y es que, la conducción autónoma se ha convertido en una de las tendencias más prometedoras dentro del panorama tecnológico actual, especialmente en el sector de la movilidad urbana. A medida que las ciudades enfrentan desafíos relacionados con el tráfico, la contaminación y la eficiencia del transporte, los vehículos autónomos y en particular los robotaxis emergen como una respuesta potencial a estos problemas, combinando innovación, conveniencia y sostenibilidad.
De acuerdo con datos de Allied Market Research, el mercado global de robotaxis fue valorado en aproximadamente 1.7 mil millones de dólares en 2022 y se proyecta que alcanzará los 118.6 mil millones para 2031, impulsado por un crecimiento anual compuesto superior al 74%. Este interés creciente no solo refleja el desarrollo tecnológico, sino también una transformación cultural: los consumidores ya no buscan únicamente trasladarse de un punto A a un punto B, sino vivir una experiencia eficiente, accesible y futurista.
El modelo de negocio detrás de los robotaxis se apoya, en gran parte, en la promesa de reducir drásticamente los costos de movilidad. Por ejemplo, Tesla ha señalado que su servicio podría ofrecer viajes desde tan solo 4 euros, una tarifa que pone la experiencia de la conducción autónoma al alcance de muchas más personas. Otras compañías como Waymo y Cruise ya operan servicios similares en ciudades de Estados Unidos.
Según un informe de McKinsey & Company, para el año 2030 podría haber hasta 2.5 millones de robotaxis operando a nivel mundial, con especial concentración en Estados Unidos, Europa y China. Esta adopción masiva, señalan los analistas, podría generar más de 1.2 billones de dólares en ingresos globales, gracias a un modelo altamente rentable con márgenes de beneficio superiores al 80%, especialmente en rutas urbanas densas.
Este cambio no solo está impulsado por los avances en inteligencia artificial y sensores, sino también por una clara apuesta empresarial por reducir los costos de hardware. Goldman Sachs estima que el precio promedio de producción de un vehículo autónomo caerá de 120 mil dólares en 2023 a menos de 50 mil en 2030, facilitando la expansión de este tipo de flotas.
En resumen, la conducción autónoma ya no es una visión futurista, sino una tendencia en plena aceleración que combina la lógica económica de los bajos costos, el atractivo de la innovación tecnológica y la promesa de una movilidad más limpia y eficiente. Y todo indica que, en los próximos años, subirse a un auto sin conductor será tan cotidiano y tan barato como pedir un café.
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