La figura de Lao-Tse es un enigma a nivel histórico, ya que se duda de su propia existencia. Fue fundador de la filosofía del taoísmo y autor del Tao Te Ching. Es considerado el padre de una filosofía eterna, que sigue vigente y estudiada en todo el mundo. La historia le considera uno de los filósofos más relevantes de la civilización china. Su fama y relevancia han llegado hasta occidente en forma de una serie de enseñanzas que han pasado a lo largo de generaciones, iluminando la imaginación y el espíritu de miles de mujeres y hombres de diversas edades y procedencias. Hoy rescatamos algunas de ellas para que los emprendedores encuentren inspiración y una guía para sus intereses.
Un árbol enorme crece de un tierno retoño. Un camino de mil pasos comienza en un solo paso.
Da ese primer paso que necesitas para descubrir todo el potencial que hay en ti. Se vale tener miedo, pero no se vale que éste te paralice. Empieza con lo básico y ve aumentando conforme obtengas más confianza en ti y en tu proyecto.
Con buenas palabras se puede negociar, pero para engrandecerse, se requieren buenas obras.
Una vez que hayas negociado lo necesario para echar a andar tu proyecto, ahora toca el turno de trabajar en él. Conforme más esfuerzo emplees, más te engrandecerás, tal cual dice Lao-Tse.
El conocimiento es un tesoro, pero la práctica, es la clave para ello.
Sin práctica, no hay resultados. Puedes poseer toda la intención de triunfar y tener muchos conocimientos, pero si la intención se queda en ello, el éxito tardará más en llegar. Siempre practica, especialízate en lo que amas y procura conocer algo más en los siguientes días.
El malvado líder es aquel a quien la gente desprecia. El líder bueno es aquel a quien la gente admira.
¿Qué prefieres? ¿Ser repudiado o seguido? Un emprendedor carismático tiene que rodearse de personas que confíen en él y que crean en su proyecto. Lao-Tse nos enseña que es vital que el líder tengan un don para dirigirse a los demás, de tal manera de que los convenza para seguirle.
No hay mayor peligro que subestimar a tu oponente.
Vigila de cerca a tu competencia para inspirarte en lo que hace. Tu competencia debe ser como tu sombra: déjate seguir, peor también síguela. Jamás subestimes a quien hace lo mismo que tú. En un descuido, tu oponente puede aprovechar y sacar ventaja.
Sé el jefe, pero nunca el señor.
Ser emprendedor o dueño de una marca no significa que te haga superior a los demás. Guía a otros a ser la mejor versión de sí mismos, a que trabajen para beneficio tuyo, pero donde también ellos puedan beneficiarse de su propio trabajo.
Anticipa lo difícil gestionando lo fácil.
Administra tus prioridades, empieza con lo que sabes que tiene que resolverse de manera urgente y luego ocupa tu tiempo en lo demás.
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