• El contenido callejero o “street content” ha ganado popularidad: más del 40% de jóvenes consumen vlogs semanalmente, refiere Statista.

• Las diferencias culturales pueden generar tensiones cuando se graba en otros países.

• De acuerdo con Influencer Marketing Hub, el 75% de los microinfluencers afirman que su contenido más visto ocurre en contextos reales y cotidianos, como calles, ferias o transporte público.

En la era de los creadores de contenido, es común ver a youtubers documentando su día a día en las calles, compartiendo experiencias y vivencias desde cualquier rincón del mundo. Sin embargo, no todas las grabaciones terminan como se planean, especialmente cuando entran en juego diferencias culturales o malentendidos sobre los límites de la privacidad.

Esto le ocurrió recientemente a un youtuber mexicano que se encontraba grabando en Canadá. Durante una de sus transmisiones, fue confrontado por un hombre que aseguró haber sido captado en el video sin su consentimiento. Molesto, le exigió que no lo incluyera en la grabación, a pesar de que según se observa en el material nunca se le enfocó de manera directa.

En realidad, el hombre fue quien se acercó al lente por voluntad propia, lo que muchos usuarios en redes sociales interpretaron como un acto innecesario y, en algunos casos, incluso como un gesto de xenofobia. Afortunadamente, el youtuber y su acompañante quienes parecen ser de origen mexicano lograron manejar la situación con calma, sin caer en provocaciones, y se alejaron del lugar para evitar un conflicto mayor.

Este tipo de incidentes pone sobre la mesa un debate importante: aunque grabar en espacios públicos suele estar permitido, cada país tiene sus propios códigos culturales sobre la privacidad y el consentimiento. Además, en una época donde los contenidos se vuelven virales en segundos, también crece la sensibilidad de las personas a ser captadas sin autorización.

@wirivlogs Nos agreden en plena grabación en Canadá!! Casi terminal mal 😕 #toronto #festivales #callesdetoronto #viralllllll ♬ sonido original – Wiri vlogs

Mientras algunos usuarios salieron en defensa del creador mexicano, otros recordaron la importancia de establecer límites claros y respetar el entorno en el que se graba. Lo cierto es que este caso refleja los retos a los que se enfrentan los influencers cuando su cámara se convierte en el centro de atención, incluso cuando no lo buscan.

En los últimos años, los creadores de contenido han transformado los espacios públicos en sets de grabación. Plataformas como YouTube, TikTok e Instagram han impulsado un formato cada vez más popular: el contenido callejero o “street content”, donde se documentan experiencias, entrevistas, reacciones o simplemente se transmite el día a día en tiempo real.

De acuerdo con un reporte de Statista, más del 40% de los usuarios de YouTube entre 18 y 34 años ven contenido de “vlogs” o vida cotidiana semanalmente, lo que ha generado una alta demanda por este tipo de grabaciones espontáneas y cercanas. En consecuencia, miles de creadores salen cada día con una cámara o un celular para capturar escenas en mercados, festivales, calles turísticas y espacios abiertos.

¿Es legal grabar en espacios públicos?

En la mayoría de los países —incluido Canadá— grabar en lugares públicos no está prohibido, siempre que no se vulnere la privacidad o la integridad de las personas. Sin embargo, el hecho de que sea legal no siempre significa que sea socialmente aceptado.

La Oficina del Comisionado de Privacidad de Canadá establece que si bien los espacios públicos permiten grabaciones, las personas tienen derecho a solicitar que no se utilice su imagen con fines comerciales si no han dado consentimiento. Esto puede ser particularmente delicado cuando se trata de rostros claramente identificables o situaciones sensibles.

El choque entre creadores y personas que no desean aparecer en videos no solo responde a un tema legal, sino también cultural. En algunos países, el uso masivo de cámaras es más tolerado, mientras que en otros puede ser visto como una invasión. Esta brecha puede dar lugar a situaciones incómodas o incluso a acusaciones de discriminación.

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