La responsabilidad social y la sostenibilidad dejaron de ser simples valores añadidos para convertirse en exigencias del consumidor, cada vez más marcas se suman a proyectos de sustentabilidad y responsabilidad social empresarial (RSE). Ante eso, Unilever y México Recicla impulsan el reciclaje inclusivo con segunda edición de “Enchúlame el acopio”.
Hoy, estas acciones ya no son solo parte de un departamento aislado, sino que se integran en la estrategia central de negocios para fortalecer reputación, fidelizar clientes y abrir nuevas oportunidades de mercado.
De acuerdo con el informe Global Corporate Sustainability Report de Nielsen, el 73 por ciento de los consumidores a nivel mundial afirma que cambiaría sus hábitos de consumo para reducir su impacto ambiental. Esta presión ha llevado a grandes corporaciones (desde minoristas hasta tecnológicas) a invertir millones de dólares en iniciativas que van desde la reducción de emisiones hasta programas de reciclaje inclusivo o cadenas de suministro más éticas.
Según un estudio de la Comisión Europea, el 42 por ciento de las afirmaciones verdes de las empresas resultan exageradas, engañosas o infundadas. Por eso, la transparencia y la medición de resultados se han convertido en pilares para garantizar que estos proyectos sean creíbles y generen impacto real.
Así Unilever impulsa el reciclaje inclusivo en México
En México, cerca de 400 mil acopiadores forman parte esencial de la cadena de reciclaje que sostiene la economía circular y contribuye a mitigar el impacto ambiental. Sin embargo, gran parte de estos trabajadores opera en condiciones precarias, con infraestructura limitada y escaso acceso a programas de profesionalización.
Para responder a esta realidad, Unilever y México Recicla sumaron esfuerzos por segundo año consecutivo con “Enchúlame el Acopio”, una iniciativa que busca dignificar la labor de los acopiadores mediante la mejora de centros de recolección y separación de residuos. En esta segunda edición, el centro de acopio “Gabo”, ubicado en Ecatepec, Estado de México, se convirtió en el nuevo modelo de reciclaje inclusivo.
Los resultados son contundentes: gracias a la renovación de infraestructura, servicios sanitarios y procesos operativos, así como capacitaciones en seguridad, finanzas personales y nutrición, se logró beneficiar de forma directa e indirecta a 13,250 personas. Además, el centro “Gabo” ahora cuenta con capacidad para reciclar 40 toneladas de residuos mensuales equivalentes a 480 toneladas al año de materiales como plástico, cartón, vidrio y aluminio. Este esfuerzo evita la emisión de aproximadamente 960 toneladas de CO₂ anuales, lo que equivale a retirar 210 automóviles de circulación o evitar el consumo de más de 390 mil litros de gasolina, de acuerdo con estimaciones de la propia Unilever.
“Enchúlame el Acopio” nació como una respuesta concreta a la necesidad de fortalecer la infraestructura de recolección y profesionalizar a los trabajadores que sostienen el reciclaje. En su primera edición, la Recicladora Caballero, también en el Estado de México, fue el primer beneficiario, logrando impactar a más de 33 mil personas.
“Trabajamos para reducir el plástico virgen y facilitar la recolección y transformación de nuestros envases, pero también creemos que el cambio debe ser social, por eso impulsamos el reciclaje inclusivo y seguiremos avanzando con una tercera edición”, señaló Mei Crespo, Directora de Comunicación y Asuntos Corporativos de Unilever México.
Por su parte, Daniel Beltrán, director comercial de México Recicla, destacó la urgencia de acelerar la transición hacia una economía circular: “‘Enchúlame el Acopio’ busca dignificar el trabajo de los acopiadores, brindarles herramientas y acompañarlos, mientras fortalecemos una cadena de valor más sólida, eficiente e incluyente para todos”.
El compromiso de Unilever se refleja también en su operación: actualmente, el 91% de los plásticos rígidos de su portafolio son reciclables o reutilizables, y el 100% del papel y cartón que utiliza proviene de fuentes sustentables. Estos avances refuerzan su meta global de que la totalidad de sus envases rígidos sean reutilizables, reciclables o compostables en el corto plazo.
La iniciativa “Enchúlame el Acopio” no solo mejora las condiciones laborales de quienes trabajan diariamente separando residuos, sino que representa un modelo replicable que pone a la inclusión social en el centro de la lucha contra la contaminación plástica. Mientras se proyecta una tercera edición, el mensaje es claro: la transición hacia una economía circular no solo necesita innovación tecnológica, sino también fortalecer a quienes hacen posible la transformación desde la base.
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