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Casi 5 mil millones de personas usan redes sociales en el mundo.
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En México, el 77% de la población tiene al menos una cuenta activa, refiere We Are Social & Meltwater, informe “Digital 2024”.
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El debate gira entre la invasión de la privacidad y la falta de regulación en el entorno digital.
En la era digital, donde las redes sociales forman parte esencial de la vida cotidiana, ha surgido un emprendimiento tan polémico como preocupante: la oferta de servicios de hackeo de cuentas como WhatsApp, Facebook, Instagram e incluso Gmail. Aunque la propuesta ha despertado críticas por parte de muchos usuarios, también ha generado un inesperado interés entre personas dispuestas a pagar por acceder a información privada de otros.
El caso se viralizó recientemente a través de un video en Facebook que muestra un cartel colocado en lo que parece ser una calle del centro de una ciudad. En él, se promocionan abiertamente servicios de “hackeo de redes sociales”, incluyendo correos electrónicos y aplicaciones de mensajería. El cartel incluso incluye un número de contacto, lo que indica que se trata de un negocio informal que opera con total impunidad.
La publicación ha causado revuelo en redes sociales, dividiendo opiniones. Por un lado, hay quienes critican esta iniciativa por ser una clara invasión a la privacidad y un posible delito cibernético. Por otro, la mayoría de las personas han expresado curiosidad e incluso interés en contratar estos servicios para “descubrir secretos” de parejas, amigos o familiares.
Comentarios que destacan:
Rata: “¿neta es real? porque tengo mucho trabajo para esa persona haha”.
Christian: “No le pediste su número de casualidad ?”
@arlizveyo y mi amiga, las menos tóxicas😂💖
Este tipo de anuncios también pone en evidencia la falta de vigilancia y regulación sobre actividades ilegales que se publicitan sin filtros en espacios públicos o plataformas digitales.
Mientras tanto, el debate continúa: ¿se trata de un simple acto de desesperación por parte de quienes buscan respuestas a escondidas o de un delito que debería ser investigado con urgencia por las autoridades?
En la actualidad, las redes sociales no solo son una herramienta de comunicación, sino una extensión de la identidad digital de millones de personas. Según el informe Digital 2024 de We Are Social y Meltwater, más de 5 mil millones de personas en el mundo usan internet, y cerca de 4.95 mil millones tienen al menos una cuenta activa en redes sociales. En México, el 77% de la población accede a estas plataformas diariamente.
Con esta creciente presencia digital, también aumentan los riesgos. El hackeo de cuentas se ha convertido en una práctica común, impulsada tanto por fines delictivos como por motivaciones personales. De acuerdo con datos de la firma de ciberseguridad Kaspersky, América Latina es una de las regiones con mayor número de intentos de suplantación de identidad digital, siendo WhatsApp, Facebook e Instagram las plataformas más vulneradas.
Un estudio publicado por Statista en 2023 reveló que más del 30% de los usuarios en América Latina han sido víctimas o conocen a alguien que ha sufrido el robo de una cuenta. Estas brechas de seguridad son aprovechadas no solo por ciberdelincuentes organizados, sino también por personas comunes que recurren a servicios informales de hackeo por motivos como celos, venganza o simple curiosidad.
Lo preocupante es que este tipo de servicios ilegales ya se ofrecen abiertamente en internet, e incluso en espacios físicos. Basta con hacer una búsqueda rápida en grupos de Facebook o en foros de Telegram para encontrar personas que se anuncian como “hackers” capaces de acceder a cuentas en cuestión de horas, generalmente a cambio de pagos en criptomonedas para evitar rastreo.
Además del riesgo evidente para la privacidad y la integridad digital, estos servicios también pueden ser una estafa en sí misma: en muchos casos, los supuestos hackers desaparecen tras recibir el dinero, o instalan malware que compromete aún más la seguridad del solicitante.
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