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De acuerdo con datos de la Secretaría de Economía, entre 2019 y 2024 la actividad de la industria cayó 12.8%, afectando en la industria zapatera.
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China es el tercer mayor inversionista extranjero en México, con más de mil empresas registradas bajo inversión extranjera directa.
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León, Guajauato, Jalisco y el Estado de México concentran la mayor producción de la industria.

La reciente decisión de la Secretaría de Economía de imponer cuotas compensatorias definitivas a las importaciones de calzado originarias de China no es únicamente una respuesta técnica a un proceso de investigación antidumping. Se trata de una medida que revela la tensión permanente entre el libre comercio y la necesidad de resguardar sectores estratégicos para la economía nacional. Más allá de las cifras y los plazos oficiales, la resolución abre un debate sobre cómo México puede equilibrar la integración global con la defensa de su industria productiva.
Durante los últimos años, la industria del calzado mexicana, con fuerte presencia en estados como Guanajuato y Jalisco, ha enfrentado un escenario complejo: una creciente ola de importaciones a precios por debajo del valor de referencia, lo que se traduce en prácticas desleales de comercio. Esto, según la investigación concluida en abril de 2024, generó un daño directo a la planta productiva nacional. La decisión del gobierno, al establecer un rango de cuotas de entre 0.54 y 22.50 dólares por par, busca restablecer condiciones de competencia justa, otorgando un respiro a los fabricantes locales.
La Secretaría de Economía impone cuotas compensatorias definitivas a las importaciones de calzado originarias de China
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— Economía México (@SE_mx) September 3, 2025
Y es que, en México, el calzado es más que un producto de consumo. Es una industria que concentra decenas de miles de empleos directos, principalmente en pequeñas y medianas empresas, y que tiene un valor simbólico al ser un sector históricamente vinculado a la identidad productiva de regiones enteras. La entrada masiva de calzado chino a precios reducidos no solo afectó las finanzas de las empresas nacionales, también debilitó cadenas de valor locales que van desde la curtiduría del cuero hasta la comercialización minorista.
Las cuotas compensatorias, en este sentido, funcionan como una especie de escudo temporal con la finalidad de crear un espacio de estabilidad que permita a la industria nacional fortalecer su competitividad. De hecho, este tipo de medidas suelen ir acompañadas de un llamado a la innovación, a la diversificación de mercados y a la profesionalización de procesos productivos. El mensaje implícito es claro: el gobierno protege, pero el sector debe aprovechar el tiempo para transformarse.
La competencia global, especialmente con países que cuentan con escalas de producción masiva como China, no desaparecerá. Sin embargo, la forma en que México gestione este desafío puede sentar un precedente para otros sectores vulnerables.
La imposición de estas medidas también envía un mensaje geopolítico. México, como miembro de tratados internacionales y socio comercial clave de Estados Unidos y Canadá, debe mostrar que está dispuesto a defender sectores estratégicos sin renunciar a su participación en la economía global. La decisión de imponer cuotas al calzado chino destaca la importancia de diseñar reglas claras de competencia que protejan el trabajo nacional frente a prácticas desleales.
El calzado mexicano, con todo su peso histórico, económico y cultural, enfrenta hoy un punto de inflexión. Las cuotas compensatorias establecidas por la Secretaría de Economía son un recordatorio de que la apertura comercial debe gestionarse con responsabilidad, evitando que sectores clave sean sacrificados en nombre de la globalización.
La verdadera efectividad de esta política no se medirá solo en el corto plazo, sino en la capacidad del calzado mexicano de reinventarse y consolidarse en un mercado que seguirá siendo competitivo y desafiante.
La presión que vive México no es aislada: el mercado asiático, encabezado por China, ha logrado dominar el comercio mundial en sectores como el calzado, textil, electrónicos y bienes de consumo. Este liderazgo se debe a costos de producción muy bajos, cadenas logísticas altamente eficientes, acceso masivo a materias primas y un modelo de producción que permite responder rápidamente a tendencias y demanda global.
En calzado, China produce más del 60% de los pares que se venden en el mundo y exporta a prácticamente todos los continentes. Su capacidad para ofrecer precios hasta 50% más bajos que los de un fabricante nacional ha llevado a que en países como México, las tiendas y plataformas digitales estén llenas de productos asiáticos.
¿Cómo responde China ante esto?
En medio de las tensiones generadas por la imposición de cuotas compensatorias al calzado chino, el país asiático pidió a México ‘recapacitar’ sobre los aranceles contra sus mercancías como plan hacia 2026.
La voz diplomática de Pekín envió un mensaje reiterando que la relación comercial con México no debería entrar en un terreno de confrontación. Desde la cancillería china se enfatizó que ambos países han construido en los últimos años un vínculo económico sólido, en el que México ocupa ya el segundo lugar como socio comercial de China en América Latina, mientras que el país asiático se ha convertido en el tercer destino más relevante para las exportaciones mexicanas.
Bloomberg: The Mexican government plans to increase tariffs on China as part of its 2026 budget proposal with the aim of protecting the nation’s business from cheap imports. Does the Foreign Ministry have any comment on Mexico’s plans to increase tariffs on China?
Guo Jiakun:… pic.twitter.com/rczKLwhUzi
— Embajada de China en México (@EmbChinaMex) August 29, 2025
El discurso de Beijing no solo apela a las cifras, también a una narrativa global. China insiste en que su apuesta es por una economía abierta, sin barreras que discriminen productos ni limiten la cooperación. Bajo esta lógica, los aranceles se interpretan como un retroceso en un mundo que, según su visión, debería orientarse hacia la inclusión y la integración.
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