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La evolución del valor del mercado de los influencers en Instagram muestra una tendencia al crecimiento entre 2021 y 2025, con un incremento estimado de más de 8 mil millones de dólares.
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En 2023, México tenía casi 440 mil nano-influencers en Instagram, es decir que tenían entre mil y 10 mil seguidores en dicha red social.
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Según un estudio global entre profesionales de la industria en 2025, el marketing de influencia está a punto de reclamar una parte significativa de los presupuestos con alrededor del 14 por ciento de los especialistas en marketing, esperando asignar entre el 10 y el 15 por ciento de sus presupuestos.
Un grupo de creadores digitales está dando mucho de qué hablar por señalar una nueva frontera en la relación laboral: la necesidad de que el trabajo en plataformas sociales se reconozca con la misma formalidad y garantías que cualquier otro empleo tradicional. La reciente creación del primer sindicato de influencers, junto con la amenaza de una huelga digital, no solo representa una demanda de derechos específicos, sino que plantea un lineamiento profundo de cómo se estructuran los contratos y la economía del contenido en la actualidad.
Esta movilización obliga a consultar y reflexionar sobre la naturaleza del trabajo digital. Normalmente, la mayoría de los influencers operan en un contexto confuso, sin contratos claros, sin acceso a prestaciones o seguridad social, y con una relación laboral atípica con marcas y plataformas. Este escenario no solo pone en riesgo su estabilidad económica, sino que también expone una contradicción pues mientras la industria digital genera miles de millones, quienes son la fuerza creativa detrás de ese valor siguen sin protección ni reconocimiento formal.
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Cabe destacar que la propuesta del sindicato impulsa la incorporación de los influencers a la economía formal, exigiendo condiciones laborales básicas como tener un seguro médico, vacaciones pagadas y tarifas mínimas para colaboraciones. Pero más allá de estas demandas concretas, el movimiento sugiere una transformación necesaria en los contratos laborales tradicionales para adaptarlos a las dinámicas del trabajo digital y creativo.
¿En qué consisten las huelgas digitales?
Como estrategia de presión, los influencers organizados han planteado una forma inédita de protesta laboral: la huelga digital. Esta no implica tomar las calles ni cerrar oficinas, sino algo igual de potente en el ecosistema actual: dejar de subir contenido a sus redes sociales. En otras palabras, suspender publicaciones, pausas en colaboraciones pagadas y cese de actividad online, lo que impactaría directamente a dos actores clave: las marcas que dependen de su visibilidad para vender y las plataformas que capitalizan cada visualización, clic o interacción.
Este tipo de protesta revela el verdadero poder que tienen los creadores dentro de la economía digital. Si bien su trabajo no ocurre en fábricas ni oficinas tradicionales, su impacto económico es real.
Este fenómeno, originado en Australia pero con resonancia global, abre la puerta a una discusión constante, ya que las plataformas digitales, las marcas y los propios creadores deberán redefinir sus acuerdos para dar respuesta a este nuevo ecosistema, donde el contenido es la moneda de cambio y el trabajo creativo, un activo estratégico. Tengamos en cuenta que los influencers deben pagar impuestos al percibir un salario.
En México por ejemplo se han tomado medidas con los influencers debido a su gran magnitud y posición frente a millones de personas, se lanzó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el acuerdo por el que se da a conocer la Guía de publicidad para influencers de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco).
El objetivo principal de esta guía es orientar y crear una cultura de observancia a las disposiciones en materia de publicidad conforme a esta era digital, en la que los creadores de contenido tienen una relación cotidiana y cercana a diario con los internautas.
Y es que durante la celebración del Consejo Consultivo del Consumo, algunos consejeros mostraron su preocupación por el impacto que tienen los influencers en la publicidad de bienes, productos o servicios que se difunde a través de medios electrónicos, ópticos o de cualquier otra tecnología que se va dirigida a los miles o millones de sus seguidores, lo cual debe de ser cuidado, ya que la publicidad engañosa es algo muy recurrente.
Algunas de las sugerencias que se les hace a los influencers es etiquetar las recomendaciones de bienes, productos o servicios, para que aclaren si hay una relación comercial con la marca que están publicitando en sus plataformas o redes sociales.
De igual manera se les pidió que el contenido o información que compartan debe de ser clara, verificable, cierta y que “no contenga descripciones engañosas o abusivas y que incluya advertencias para el uso seguro del bien, producto o servicio, así como las restricciones o prohibiciones por motivos de seguridad o salud de los consumidores”. Hoy en día ya podemos ver en redes sociales publicaciones con el hashtag de “publicidad“.
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