- Una polémica surgió en Argentina luego de que el periódico La Nación publicara un artículo generado por ChatGPT sin una revisión humana adecuada.
- El texto incluía frases típicas de modelos de IA, señalando la falta de edición editorial.
- La crítica principal se enfocó en la ausencia de supervisión humana al usar inteligencia artificial en el periodismo.
Un posteo que involucra a uno de los periódicos más importantes de Argentina se hizo viral en las redes social X y LinkedIn y desencadenó un debate sobre el papel de la inteligencia artificial en el periodismo contemporáneo y la preservación de los estándares editoriales.
La polémica surgió tras la publicación por parte de La Nación de un artículo que, según se descubrió, había sido generado íntegramente por el modelo de lenguaje ChatGPT sin la supervisión humana adecuada, dejando al descubierto marcas inequívocas de su origen artificial.
El incidente pone de manifiesto los grandes desafíos que enfrentan los medios de comunicación tradicionales que buscan integrar herramientas tecnológicas avanzadas en sus flujos de trabajo, pero en ese camino pierden el foco en el lector.
La rápida propagación de la noticia deja en evidencia la sensibilidad del público y de la industria ante el uso no validado de IA en la generación de contenido informativo.
Más allá de las críticas recibidas por los usuarios en redes, el evento expone que es muy importante establecer protocolos transparentes al adoptar nuevas tecnologías en la producción de noticias, especialmente cuando se trata de mantener la credibilidad y la confianza de la audiencia.
La publicación de ChatGPT que encendió la discusión en Argentina
La controversia surgió cuando el diario La Nación publicó un texto que evidenciaba claramente tener origen en un modelo de lenguaje de inteligencia artificial.
El artículo en cuestión contenía frases características de este tipo de herramientas, como “Quieres que prepare una versión reducida para que la uses en redes sociales?”. Ese texto se tendría que eliminar en un proceso de edición normal.
Esta omisión dejó en evidencia la falta absoluta de revisión editorial antes de su publicación y, a la vez, la precariedad laboral en los medios argentinos, donde los periodistas muchas veces deben lidiar con extenuantes jornadas de trabajo por salarios magros.
“La Nación”:
Porque descubrieron que utilizan ChatGPT para sus notas. pic.twitter.com/zlMw45fskP— Tendencias (@TTendenciaX) May 26, 2025
“Marcas artificiales”
La revelación de que un periódico de la trayectoria de La Nación había publicado un contenido generado por IA sin filtrar estas marcas artificiales generó críticas desde diversos frentes.
Expertos y profesionales del sector periodístico hicieron hincapié en la necesidad de que los medios mantengan criterios editoriales rigurosos, especialmente al incorporar herramientas de inteligencia artificial en sus procesos de trabajo.
La crítica principal no se dirigió al uso de ChatGPT como tal, sino a la ausencia de supervisión humana en las etapas de publicación.
Se destacó que, si bien la IA puede ser una herramienta valiosa para asistir en la escritura, es indispensable que los periodistas profesionales se encarguen de revisar y editar los textos para asegurar tanto la calidad del contenido como la exactitud de la información presentada.
ChatGPT: debate en Argentina
Otros medios de comunicación y varios analistas abordaron la situación. Publicaciones como “Seúl” analizaron el evento, coincidiendo en que el problema fundamental no residía en la herramienta de IA empleada, sino en su uso sin la aplicación de criterios editoriales ni la intervención humana necesaria.
El análisis de Seúl dice que, aunque la inteligencia artificial posee la capacidad de perfeccionar la redacción y mejorar la prosa, la decisión final sobre aspectos estilísticos y de contenido, como la preservación del tono coloquial de una fuente o la adecuación de la estructura narrativa para maximizar el impacto de una noticia, recae exclusivamente en el juicio humano.
Esta perspectiva refuerza la idea de que la IA debe ser vista como un complemento, no como un sustituto del trabajo periodístico profesional y su criterio editorial.
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