Después de meses de expectativa y retrasos en producción, NikeSkims finalmente tiene fecha y es el 26 de septiembre. El debut no será discreto: más de 50 atletas femeninas encabezadas por Serena Williams, Jordan Chiles, Romane Dicko, Sha’Carri Richardson y Madisen Skinner serán el rostro de una marca que busca reescribir las reglas de la ropa deportiva.
La campaña, titulada Bodies at Work y dirigida por Janicza Bravo, pone a las estrellas del deporte y a la cofundadora de Skims, Kim Kardashian, en el centro de una narrativa que une estilo y alto rendimiento.
La colección debut llega con 58 siluetas —entre sujetadores, leggings y accesorios— que permiten a las consumidoras más de 10 mil combinaciones posibles. Tres líneas principales (Mate, Brillo y Aireado) y cuatro colecciones de temporada buscan posicionar a NikeSkims como un nuevo estándar en ropa deportiva.
Una colaboración que sacude a la industria
Nike ha probado colaboraciones con marcas de culto —desde Corteiz hasta Comme des Garçons—, pero esta es la primera vez que crea una marca desde cero con un socio externo. La apuesta no es menor: Skims arrastra una influencia cultural valorada en 3 mil 200 millones de dólares, cifra que Nike quiere capitalizar para acelerar su recuperación tras años de ventas estancadas.
El movimiento ya tuvo eco en el mercado. Cuando se anunció la sociedad en primavera, las acciones de Nike subieron 6 por ciento.
Y es que el lanzamiento de NikeSkims se inserta en un mercado global de ropa deportiva que supera los 400 mil millones de dólares, con proyecciones de crecimiento anual de entre 4 por ciento y 6 por ciento hasta 2030, de acuerdo con cifras de Statista y McKinsey.
Este auge responde a dos fenómenos clave: el boom del athleisure, que convirtió leggings y sudaderas en prendas de uso diario más allá del gimnasio, y la creciente demanda de productos que combinan moda, funcionalidad y sostenibilidad. En México, el segmento de ropa deportiva ha crecido a doble dígito en los últimos cinco años, impulsado tanto por el consumo digital como por el aumento en el interés por el fitness y el bienestar.
Marcas como Lululemon, Adidas y Puma ya habían capitalizado esta tendencia, pero Nike busca recuperar el liderazgo con una propuesta que mezcla su herencia en innovación con la fuerza mediática de Kim Kardashian y la legitimidad de íconos deportivos femeninos. En un contexto donde las consumidoras representan el 60 por ciento del gasto en ropa deportiva a nivel mundial, la jugada apunta directamente a conquistar este poder de compra.
La ofensiva deportiva de Nike
NikeSkims llega justo cuando la compañía de Oregón impulsa una “ofensiva deportiva” en su marketing. En septiembre, la marca reformuló su icónico lema “Just Do It” por “¿Por qué hacerlo?”, una campaña pensada para capturar a la Generación Z con atletas de disciplinas que van desde el fútbol hasta el buceo.
Para Elliot Hill, CEO de Nike, el desafío es claro: que el atractivo aspiracional de Kim Kardashian y la credibilidad de atletas legendarias como Serena Williams se traduzcan en algo más que visibilidad: en ventas y reposicionamiento global.
La colección estará disponible en los sitios web de Nike y Skims, así como en las tiendas insignia de ambas marcas en Nueva York y Los Ángeles.
Lo que está en juego no es solo ropa deportiva: es la oportunidad de demostrar que la combinación entre influencia cultural, poder femenino y músculo corporativo puede redefinir lo que significa “vestirse para ganar”.
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