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Hoy en día, los CEOs son la cara pública de la empresa; sus acciones y decisiones afectan directamente la percepción corporativa.
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Más del 75% de los consumidores consideran que la reputación del CEO influye en sus decisiones de compra, inversión y empleo, según los datos de APCO Worldwide.
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El 69% de los buscadores de empleo evitaría trabajar en una empresa con un CEO de mala reputación.

La renuncia de Takeshi Niinami como presidente ejecutivo de Suntory Holdings pone en evidencia una realidad en el mundo corporativo: la reputación de un líder trasciende lo personal y tiene un impacto directo en la percepción pública de la empresa que dirige. Niinami, uno de los ejecutivos más reconocidos de Japón, se vio obligado a abandonar su cargo tras la apertura de una investigación policial sobre su compra de un suplemento que podría haber violado las estrictas leyes de medicamentos del país.
Conocido por haber asesorado a varios primeros ministros japoneses y por ser la cara de Japón corporativo en foros internacionales como Davos, Takeshi Niinami declaró que desconocía por completo que el suplemento que obtuvo fuera ilegal y aseguró su inocencia. Sin embargo, también afirmó que, por el bien de la empresa, debía renunciar. Su decisión refleja un principio que muchas compañías globales aplican: la figura del CEO no solo representa la estrategia y el liderazgo de la compañía, sino que encarna la confianza de consumidores, inversionistas y socios comerciales.
BREAKING: Takeshi Niinami, chairman of Japanese beverage maker Suntory Holdings is set to step down amid allegations of involvement in obtaining drugs deemed illegal in Japan, informed sources said on Tuesday.https://t.co/WJEmHGUBzI pic.twitter.com/SJLqCfTubZ
— Nikkei Asia (@NikkeiAsia) September 2, 2025
El caso de Suntory resalta cómo incluso la percepción de un riesgo legal o ético en la vida privada de un ejecutivo puede convertirse en un riesgo reputacional para la empresa. Y es que, en la investigación de su caso se apuntaba a los suplementos presuntamente con THC, un componente psicoactivo del cannabis ilegal en Japón. Esta distinción legal no impidió que los medios amplificaran la noticia, mostrando cómo las acciones personales de un CEO pueden afectar instantáneamente la narrativa corporativa, independientemente de la intención o la culpa real.
Reputación personal y empresarial
En el entorno corporativo actual, donde la información circula rápidamente y los consumidores evalúan no solo los productos, sino también los valores de las compañías, la reputación de un líder se convierte en un activo estratégico. La credibilidad, la ética y la transparencia de un CEO se reflejan directamente en la marca. Niinami era visto como un líder audaz y decidido, capaz de generar resultados y de proyectar la imagen de Suntory como una empresa innovadora y confiable. Su renuncia, por tanto, no solo genera un vacío en la gestión, sino también un desafío en la narrativa pública de la compañía.
Mientras que la vida privada de un ejecutivo podría parecer separada de las decisiones empresariales, en la práctica, cualquier comportamiento cuestionable puede involucrar la confianza en la organización. Las compañías líderes, especialmente aquellas con presencia global como Suntory, deben reconocer que la integridad de sus directivos es un reflejo directo de la integridad de la marca. En este sentido, Takeshi Niinami tomó una decisión estratégica al priorizar la reputación de Suntory sobre su permanencia personal en el cargo. Además, la crisis pone de manifiesto la necesidad de protocolos internos claros sobre la gestión de riesgos reputacionales.
Lecciones para la gestión corporativa
El caso de Suntory ofrece aprendizajes que van más allá de Japón y de la industria de bebidas. Primero, demuestra que los líderes deben ser conscientes de que sus acciones, incluso fuera del entorno laboral, pueden tener repercusiones corporativas significativas. Segundo, resalta que las empresas deben invertir en la construcción de una cultura ética sólida y en mecanismos que minimicen riesgos de reputación, incluyendo la educación sobre regulaciones locales e internacionales.
También evidencia que la transparencia y la comunicación son fundamentales. Niinami y Suntory informaron públicamente sobre la situación y sobre la renuncia, lo que ayuda a controlar la narrativa y a mitigar rumores o especulaciones. La comunicación efectiva ante crisis fortalece la confianza de los stakeholders y demuestra que la empresa toma medidas proactivas frente a cualquier eventualidad que pueda afectar su imagen.
Finalmente, el caso refleja que la reputación de un CEO y la de la empresa son inseparables en la era moderna. Los consumidores no solo evalúan productos o servicios, sino que también valoran los principios que representa la organización y sus líderes. La confianza se construye con consistencia, transparencia y ética; se puede perder rápidamente ante percepciones negativas, incluso si son infundadas o involuntarias.
Una buena reputación de liderazgo es un activo estratégico que protege la marca, mientras que cualquier sombra sobre esa imagen puede trasladarse al valor corporativo.
Un estudio realizado por APCO Worldwide en 2024 reveló que más del 75% de los adultos estadounidenses creen que la reputación de un CEO influye directamente en sus decisiones de compra, inversión y empleo. Esta cifra destaca la importancia de la figura del CEO en la construcción de confianza con los consumidores y otros stakeholders .
Asimismo, la reputación del CEO también juega un papel crucial en la atracción y retención de empleados. Un estudio de Glassdoor indicó que el 69% de los buscadores de empleo evitarían trabajar en una empresa con una mala reputación, incluso si estuvieran desempleados.
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