La Gen Z, nacida entre 1997 y 2012, está transformando las dinámicas laborales con una visión clara: el empleo no debe consumir la vida, sino coexistir con ella. A medida que la Generación Z se integra al mundo profesional, estos jóvenes no solo traen competencias digitales y mentalidad innovadora, sino también expectativas radicalmente distintas sobre dónde, cómo y por qué trabajar.
Uno de los datos más reveladores lo confirma: en 2024, el 60% de los graduados universitarios Gen Z en Estados Unidos prefiere un esquema laboral híbrido, combinando días en la oficina con trabajo remoto. Solo el 4% desea trabajar de forma totalmente remota, y el 36% aún opta por el modelo tradicional presencial.
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El híbrido como equilibrio, no como concesión
Para la Gen Z, el modelo híbrido no es una moda post-pandemia, sino una necesidad estructural. Representa el equilibrio entre la interacción social y la productividad individual. A diferencia de los Millennials, que impulsaron el trabajo remoto total, los Gen Z valoran las conexiones cara a cara y el aprendizaje en entornos presenciales… pero sin renunciar a la flexibilidad que promueve su bienestar.
El modelo híbrido les permite:
- Evitar traslados innecesarios que impactan tiempo y recursos.
- Cuidar su salud mental, al poder dosificar el estrés y la exposición continua al entorno laboral.
- Construir redes sociales y profesionales reales, algo que reconocen como esencial para su desarrollo.
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¿Son menos productivos desde casa?
Sin embargo, no todo es entusiasmo. Según datos de Provoke Insights, solo el 23% de los Gen Z se sienten igual de productivos trabajando desde casa que en la oficina, frente al 65% de los Baby Boomers. Esto sugiere que, aunque demandan flexibilidad, aún están desarrollando las habilidades necesarias para el teletrabajo eficiente, como la autogestión, la disciplina y la organización del tiempo.
Esta realidad también explica por qué el trabajo remoto total no es la opción favorita de esta generación: saben que aún necesitan guía, mentoría y estructura para crecer profesionalmente.
¿Por qué renuncian los Gen Z?
La visión que los Gen Z tienen sobre el trabajo también se refleja en su actitud frente al empleo. Son más proclives a renunciar si no se sienten satisfechos. En 2022, el 54% dijo que dejaría su empleo por un salario insatisfactorio, el 42% por burnout o falta de balance vida-trabajo, y el 37% por no hacer algo que los apasione.
Este enfoque indica que no buscan solo estabilidad financiera, sino propósito, salud emocional y alineación con sus valores personales.
Quieren aprender… pero no cualquier cosa
Los Gen Z también tienen expectativas claras sobre su desarrollo profesional. La mayoría desea recibir capacitación en liderazgo (49%), salud mental (47%), y habilidades blandas (48%). Curiosamente, la ciberseguridad o el medioambiente figuran entre los temas menos prioritarios, lo que apunta a una necesidad inmediata de competencias personales antes que técnicas.
Esto refleja un fuerte interés por convertirse en líderes conscientes, más allá del dominio de herramientas o tecnología.
¿Cómo deben responder las empresas?
Las compañías que buscan atraer y retener talento Gen Z deben reconsiderar no solo sus esquemas de trabajo, sino también su cultura corporativa. Algunas claves para alinearse con sus expectativas incluyen:
- Ofrecer trabajo híbrido por diseño, no como excepción.
- Promover ambientes psicológicamente seguros, donde hablar de salud mental no sea tabú.
- Invertir en desarrollo personal y liderazgo temprano.
- Definir claramente el propósito de la empresa, porque esta generación quiere trabajar para algo más grande que una nómina.
El trabajo como parte de la vida, no su centro
La Generación Z está construyendo un nuevo contrato psicológico con el mundo laboral. Ya no basta con ofrecer salarios competitivos o títulos rimbombantes. Lo que buscan son condiciones reales para crecer, descansar, aprender y vivir. Y en esa ecuación, el trabajo híbrido no es un lujo: es la base de una relación laboral sana y sostenible.