En los últimos días, Doritos desató un misterioso revuelo con naves triangulares en el cielo y mensajes que sugerían una posible misión al espacio. Las redes sociales y calles de México se llenaron de teorías: ¿acaso las icónicas frituras saldrían de este planeta? La expectativa creció con cuentas regresivas y avistamientos en distintas ciudades. Hoy, la marca revela la verdad detrás de su enigmática campaña.
¿Doritos llevará frituras al espacio?
Aunque los rumores en redes sociales y las espectaculares activaciones urbanas podrían hacer creer que Doritos está a punto de enviar sus icónicas frituras al espacio exterior, la marca ha aclarado su postura de forma muy ingeniosa: no, no llevarán frituras al espacio… porque ellos ya son de otro planeta. Así lo anunció oficialmente en el marco de su nueva campaña “Somos de Otro Planeta”, una propuesta que va más allá de una acción publicitaria y se posiciona como un movimiento cultural que celebra la autenticidad.
La campaña arrancó con una serie de avistamientos de naves triangulares en varias ciudades mexicanas y mensajes misteriosos en redes, generando especulación sobre una posible misión espacial. Sin embargo, el verdadero mensaje de Doritos es que sus consumidores, como sus productos, no buscan encajar en moldes sino crear su propio espacio en el mundo… o en el universo.
¿En qué consiste la nueva campaña de Doritos?
Bajo el concepto “Somos de Otro Planeta”, Doritos lanza una campaña dirigida a todas las personas que viven sin filtros, piensan diferente y se atreven a expresarse tal como son. Con esta iniciativa, la marca se propone conectar con una generación que exige autenticidad y desafía las normas establecidas.
La campaña incluye una narrativa que imagina a Doritos en una misión para encontrar un planeta deshabitado donde todos puedan ser libres, sin etiquetas ni juicios. Según Daniel Díaz, Brand Sr Director de Doritos México, “esta campaña es una invitación a habitar un lugar donde ser tú mism@ no solo se acepta, se celebra”. Más que una estrategia comercial, se trata de un manifiesto cultural que reconoce y celebra a quienes se sienten de otro planeta.
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¿Cuáles fueron las señales de Doritos para esta campaña?
El despliegue publicitario de Doritos inició con misteriosos avistamientos de naves triangulares en el cielo de CDMX, Guadalajara y Tampico, captando la atención de miles de personas y provocando conversación en redes sociales. Estas naves, con la forma icónica de un Dorito, fueron solo el comienzo.
Posteriormente, se instaló una nave espacial con cuenta regresiva en un punto estratégico de la Ciudad de México. Influencers, transmisiones interrumpidas y proyecciones en pantallas urbanas aumentaron la expectativa. Todo parecía apuntar a una supuesta misión rumbo a Marte, pero en realidad era una metáfora para buscar un espacio donde las personas se sientan libres de ser quienes son.
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¿Por qué se dice que Doritos no son de este planeta?
Desde hace años, Doritos se ha posicionado como una marca irreverente, divertida y fuera de lo convencional. Con esta campaña, la firma refuerza ese carácter al proclamar que sus frituras no son de este mundo porque representan a quienes no se conforman con lo establecido.
El concepto “Somos de Otro Planeta” simboliza una filosofía que busca romper con etiquetas y estereotipos sociales, ofreciendo un espacio —físico o simbólico— donde cada persona pueda expresarse tal como es, sin miedo a ser juzgada. Así, Doritos no solo vende botanas: vende identidad, comunidad y autenticidad.
¿Cuándo se inventaron los Doritos?
Para contextualizar este fenómeno cultural, vale la pena recordar que los Doritos se inventaron en 1964 en Disneyland, California. Originalmente eran un aperitivo elaborado con tortillas de maíz sobrantes que se freían, se sazonaban y se vendían como una opción práctica y sabrosa. La marca fue adquirida por Frito-Lay, subsidiaria de PepsiCo, y desde entonces se ha expandido a más de 50 países con diferentes sabores y ediciones especiales.
Hoy, seis décadas después, Doritos no solo se mantienen vigentes en el mercado global de snacks, sino que además se han convertido en un ícono cultural que conecta con las nuevas generaciones.
