El diseño es una parte elemental en la identidad de las marcas, posee la altísima responsabilidad de dar, a través de las imágenes, el carácter y personalidad que una firma requiere para sea atractiva ante los ojos de los clientes y los espectadores.
Además, la identidad visual de una marca posee también el compromiso de ser única, original y de ofrecer elementos que ninguna otra marca pueda ofrecer. Pero la realidad es muy distinta en algunas ocasiones.
Y es que, de manera premeditada y en otras ocasiones de modo fortuito, algunos diseños parecen haber sido retomados -y en ocasiones copiados- de otros diseño que ya están consolidados, lo que ha generado divergencias, cambios y en algunas ocasiones, hasta problemas legales.
Por ejemplo, la cooperativa Pascual Boing, industria refresquera que se dedica a la elaboración de bebidas de frutas, ostentó por décadas el diseño Donald Duck -El pato Donald, que antaño se denominaba Pascual para el público Méxicano-, propiedad de The Walt Disney Company, como el isotipo que distinguió al producto.
Las reglas de protección de derechos de autor, obligaron a la marca mexicana a evitarse problemas y hacer uso de un nuevo diseño.