- Luis de Navascués creó la identidad de ALT como parte de un proceso de selección y decidió publicarla en LinkedIn tras no recibir respuesta.
- El mercado global de ropa deportiva y techwear se estima en 546,8 mil millones de dólares para 2028, según Statista.
- Un 67% de la Generación Z demanda experiencias personalizadas de marca, de acuerdo con un reporte de McKinsey.
Una carpeta que no quedó cerrada
En la industria creativa abundan las pruebas de selección que terminan archivadas. Briefs diseñados para evaluar a candidatos suelen quedar en el anonimato, sin mayor trascendencia que la decisión de contratación. Sin embargo, el diseñador multidisciplinar Luis de Navascués optó por un camino distinto: compartir públicamente el proyecto que preparó para un estudio de diseño y que nunca llegó a convertirse en trabajo remunerado.
Lo descubrí en LinkedIn y me atrapó la idea. Pero lo que más me gustó no fue sólo el proyecto en sí, sino la decisión de hacerlo público. Muchas veces los creativos trabajan horas frente a un brief de selección y, si no hay una contratación de por medio, pareciera que todo ese esfuerzo no sirve para nada.
Sin embargo, compartirlo abre otra puerta: inspira a otros, muestra capacidad y recuerda que el trabajo realizado nunca es en vano. No se trata de bajar los brazos, sino de encontrar nuevas formas de darle vida a lo que parecía destinado a quedarse en una carpeta olvidada.
La idea
Volvamos al post. Según el diseñador español, al quien no tengo el gusto de conocer, el encargo era imaginar cómo podría lanzarse una marca de ropa tecnológica destinada a un público joven, entre 20 y 35 años, que combinara estética urbana con rendimiento técnico.
Bajo ese desafío, Navascués concibió ALT, una identidad completa con nombre, claim, símbolo, campañas y hasta un sitio web.
Pese a no ser seleccionado en el proceso, decidió que el esfuerzo no debía perderse y lo publicó en LinkedIn, generando conversación y visibilidad.
El concepto detrás de ALT
El claim que articula la propuesta es “Built to Shift”, un juego de palabras inspirado en las teclas Alt y Shift del teclado.
Más allá del guiño tecnológico, la frase refuerza la idea de adaptabilidad, movimiento y cambio, conceptos asociados con la Generación Z.
La marca se apoya en un emblema: el caballo. Este animal encarna valores como libertad, lealtad y fuerza, al tiempo que simboliza avanzar sin perder la esencia. La narrativa de ALT no busca heroicidad sino autenticidad: personajes que se mueven en la ciudad y en la naturaleza, con crudeza y energía.
En términos visuales, la identidad se construye sobre una paleta que combina tonos neutros (gris, negro, beige) con acentos en naranja, rojo apagado y un amarillo casi flúor. Estos contrastes transmiten serenidad y, al mismo tiempo, intensidad, reflejando la tensión entre calma y energía.
La tipografía elegida, Neue Montreal, suma una voz versátil que conecta con la estética urbana contemporánea.
De campañas digitales a experiencia de marca
El proyecto no se limitó al logotipo o la identidad básica. Navascués diseñó un plan de comunicación digital con tres campañas iniciales para redes sociales.
- Xperience Summer 2025, enfocada en transmitir la vitalidad de la vida en movimiento.
- The Runners Run, dirigida a corredores urbanos nocturnos que encuentran su espacio cuando la ciudad descansa. Las imágenes buscan capturar luces borrosas y energía contenida.
- Ride my ALT, de tono más conceptual, con fotografías que ponen en paralelo al ser humano y al caballo, mostrando similitudes de fuerza, resistencia y libertad.
Además, se esbozó un sitio web con secciones de producto, historias de marca y tienda en línea. Una de las propuestas más destacadas fue el ALT Trek System, un conjunto de calzado técnico de montaña que sigue la filosofía de simplificar nombres y enfatizar rendimiento.
La intención no era sólo mostrar prendas, sino transmitir un estilo de vida que conecte con quienes no esperan a que las cosas cambien, sino que se mueven con ellas.
Una lección para la industria creativa
Más allá del ejercicio concreto, la publicación de ALT abre un debate en el mundo de la comunicación y el diseño.
Los procesos de selección a menudo generan proyectos que se pierden, sin exposición ni aprovechamiento. En este caso, un creativo decidió darles vida fuera del ámbito privado, compartiéndolos como ejemplo de lo que puede aportar a la industria.
Esa visibilidad no reemplaza la oportunidad laboral que originó el trabajo, pero sí posiciona al diseñador dentro de un ecosistema más amplio de profesionales, estudiantes y marcas que buscan inspiración. También funciona como recordatorio de que, en un mercado competitivo, cada pieza desarrollada puede convertirse en carta de presentación.
En un sector donde la Generación Z exige autenticidad y personalización, historias como la de ALT refuerzan la importancia de proponer narrativas consistentes, incluso cuando nacen de un simple proceso de reclutamiento.
A mí me gustó la idea, espero que a ustedes también.
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