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Nvidia acaba de comprar 4% de Intel y se volvió uno de sus principales accionistas.
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Las acciones de Intel crecieron hasta un 23% en un solo día, su mayor salto desde octubre de 1987.
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El mercado de chips para IA superará los 67 mil millones de dólares en 2025, refiere McKinsey.

La histórica rivalidad entre NVIDIA e Intel, dos de los gigantes más influyentes de la industria tecnológica, ha dado un giro inesperado. NVIDIA, que durante años se consolidó como el líder mundial en tarjetas gráficas y procesadores para inteligencia artificial, ha decidido invertir la cantidad de 5,000 millones de dólares en Intel, convirtiéndose en uno de sus principales accionistas con un 4% de participación. La noticia no solo sorprendió al mercado, sino que también marca un cambio significativo en la dinámica de poder del sector de semiconductores.
El impacto de la inversión fue inmediato. Las acciones de Intel se dispararon un 23% en una sola jornada, su mayor salto desde octubre de 1987, mientras que NVIDIA registró un incremento del 3.5%, acumulando un crecimiento del 47% en el último año. Este movimiento refleja una estrategia doble: por un lado, Nvidia diversifica su inversión en una empresa clave del ecosistema tecnológico estadounidense; por otro, Intel obtiene un respaldo financiero crucial para fortalecer su posición frente a competidores como AMD y mantener su relevancia en centros de datos y ordenadores personales.
“Estamos emocionados de colaborar con @nvidia. Desarrollamos CPU personalizadas y SoC x86 RTX para centros de datos y computación de cliente. Juntos, estamos abriendo nuevas oportunidades en IA e innovación en PC”, menciono Intel en X.
ICYMI: We’re excited to collaborate with @nvidia to develop custom CPUs and x86 RTX SoCs for datacenter and client computing.
Together, we’re unlocking new opportunities in AI and PC innovation – https://t.co/NrGRWetnjk pic.twitter.com/mwxMHVErXi
— Intel (@intel) September 18, 2025
La colaboración se centrará en el desarrollo de procesadores personalizados para centros de datos y chips combinados que integren unidades gráficas RTX de NVIDIA. Esta alianza representa la convergencia de fortalezas complementarias: Intel aporta su experiencia en fabricación de chips x86, mientras que NVIDIA suma su liderazgo en GPU y soluciones de inteligencia artificial. Aunque la inversión aún depende de aprobaciones regulatorias y no contempla de momento que Intel fabrique chips de NVIDIA en sus plantas, muchos analistas consideran que esta cooperación podría marcar el inicio de un ecosistema compartido que optimice capacidades y reduzca costos de desarrollo.
Históricamente, Intel dominó el mercado de procesadores, siendo la empresa que “puso el silicio en Silicon Valley”. Sin embargo, en la última década, NVIDIA ha desplazado a Intel como el fabricante de chips más valioso del mundo, especialmente en áreas de alto crecimiento como inteligencia artificial y centros de datos. La decisión de NVIDIA de convertirse en accionista de Intel llega en un momento crítico, justo cuando la compañía enfrenta desafíos significativos, desde la pérdida de cuota de mercado hasta la necesidad de modernizar sus líneas de producción y mejorar su competitividad frente a rivales emergentes.
Hay que recordar también que Intel recibió recientemente apoyo del gobierno estadounidense mediante la adquisición de una participación del 10% valorada en 8,900 millones de dólares, una medida que buscaba garantizar la autosuficiencia tecnológica del país y fortalecer la cadena de suministro de semiconductores frente a la competencia internacional, principalmente de Asia. La entrada de NVIDIA no solo refuerza esta estrategia de fortalecimiento industrial, sino que también muestra cómo las alianzas entre gigantes tecnológicos pueden redefinir mercados que durante décadas parecían inmutables.
Desde una perspectiva de innovación, la colaboración permitirá el desarrollo de chips más eficientes y potentes, capaces de integrar procesamiento central y gráfico en una sola unidad. Esto podría acelerar la adopción de inteligencia artificial en empresas de todo el mundo, facilitar la creación de supercomputadoras más rápidas y optimizar centros de datos que requieren altos niveles de rendimiento y eficiencia energética. Para NVIDIA, esta inversión abre la puerta a un ecosistema más sólido, en el que su tecnología pueda integrarse directamente con los procesadores de Intel, mientras que para Intel representa una oportunidad de modernizar su portafolio y recuperar protagonismo en mercados estratégicos.
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