Lo que debía ser un procedimiento de rutina previo a unas vacaciones terminó convertido en una experiencia inquietante para la consumidora Aniessa Navarro, quien denunció en TikTok que su esteticista portaba un par de gafas inteligentes Ray-Ban de Meta mientras le realizaba una cera brasileña en un centro europeo de depilación en Manhattan.
En la grabación Navarro relató que, al entrar en la habitación, notó los marcos negros de 350 dólares con cámaras integradas, altavoz Bluetooth y funciones de grabación manos libres. Aunque el dispositivo está diseñado para encender una pequeña luz cuando graba, usuarios en internet han compartido tutoriales sobre cómo cubrirla para filmar sin ser detectados.
Ante la situación, la joven preguntó directamente a la trabajadora, quien aseguró que solo eran lentes recetados y que no grababan. Aun así, Navarro confesó sentirse profundamente incómoda por la posibilidad de haber sido filmada en un momento tan privado.
La publicación de su experiencia en TikTok se volvió viral, generando miles de reacciones. Entre los comentarios, muchos usuarios le recomendaron buscar asesoría legal o escalar la queja con la cadena de depilación. Navarro incluso consultó a dos firmas de abogados, quienes le confirmaron que podría emprender acciones legales. Sin embargo, explicó que no deseaba afectar laboralmente a la empleada si realmente no había hecho nada indebido.
@niessaxoxo_ Happy September 1st 🤍 let today be your fresh start… and remember take it one day at a time. ✨ #firstofthemonth #newbeginnings #startingover #motivation #fyp ♬ growth – Gede Yudis
Su principal interés, dijo, era crear conciencia sobre los riesgos de los dispositivos inteligentes en entornos íntimos y exigir políticas más claras que prohíban su uso en lugares donde la privacidad debería estar garantizada.
La polémica creció al grado de que el Centro Europeo de Cera emitió un comunicado al Washington Post asegurando que las gafas habían estado apagadas durante todo el procedimiento.
El debate por la privacidad y la nueva generación de dispositivos
El auge de los dispositivos inteligentes —desde relojes y altavoces hasta gafas con cámaras integradas— ha transformado la vida cotidiana con promesas de comodidad y conectividad. Sin embargo, junto con estas ventajas ha emergido un terreno complejo.
De acuerdo con cifras de Statista, en 2024 existían más de 15 mil millones de dispositivos conectados en el mundo, y se estima que la cifra alcanzará los 30 mil millones en 2030. México no es ajeno a esta tendencia: datos de la Asociación de Internet MX indican que 6 de cada 10 hogares urbanos ya cuentan con al menos un dispositivo inteligente, siendo los más comunes los altavoces virtuales y los relojes de monitoreo de salud.
Y es que el caso no es aislado. Hace más de una década Google introdujo las primeras gafas inteligentes, pero solo en los últimos años la tecnología ha comenzado a masificarse. Hoy, la Generación Z encabeza una reacción de rechazo frente a la sensación de vigilancia constante que estos dispositivos generan en la vida cotidiana.
El incidente ha reavivado el debate: mientras que estas gafas prometen comodidad y conectividad, también abren una discusión urgente sobre los límites de la privacidad en espacios públicos y privados.
Ahora lee:
Merlina temporada 2 parte 2: Netflix revela los nombres de los nuevos capítulos
Kraft Heinz se divide en dos empresas
Tienda de discos sobrevive vendiendo únicamente los álbumes de Taylor Swift