
Lo que comenzó como una velada musical inolvidable terminó siendo un potencial escándalo corporativo. Durante el concierto de Coldplay celebrado el 16 de julio en el Gillette Stadium de Boston, Andy Byron, CEO de la empresa tecnológica Astronomer, fue captado en una gran pantalla abrazando de manera afectuosa a Kristin Cabot, directora de Recursos Humanos de la misma compañía.
El momento, que parecía una muestra de afecto común, tomó un giro inesperado cuando ambos reaccionaron de forma evasiva al verse proyectados ante más de 60 mil personas. Kristin se cubrió el rostro con las manos y Byron se agachó para ocultarse tras una estructura. Todo fue transmitido en vivo a través de la pantalla del estadio mientras el vocalista de Coldplay, Chris Martin, bromeaba al micrófono:
“Oh… o están teniendo una aventura o son muy tímidos”.
La escena se viralizó en redes sociales en cuestión de horas, acumulando millones de reproducciones y desatando una avalancha de comentarios, especulaciones y memes. Pero el video también ha puesto sobre la mesa una pregunta más seria: ¿puede este incidente costarle el cargo a Byron?
Infidelidades que costaron cargos directivos (No solo el CEO de Astronomer)
Aunque Astronomer no ha emitido una declaración oficial hasta el momento, el caso de Andy Byron recuerda otros episodios donde altos ejecutivos perdieron sus empleos por mantener relaciones sentimentales inapropiadas o no divulgadas, en especial dentro de la misma empresa. Algunos ejemplos:
- Steve Easterbrook, ex CEO de McDonald’s, fue despedido en 2019 tras admitir una relación consensuada con una empleada, lo que violaba la política interna de la empresa.
- Brian Krzanich, ex CEO de Intel, renunció en 2018 al revelarse que había mantenido una relación con una subordinada, en contravención de las normas internas.
- Harry Stonecipher, CEO de Boeing, fue forzado a dimitir en 2005 por una relación con una ejecutiva, considerada una violación del código de ética.
Silencio institucional y políticas internas
En la página oficial de Astronomer (astronomer.io), no se encuentra publicado un código de conducta específico para directivos respecto a su comportamiento personal fuera del entorno laboral. Sin embargo, es posible que la empresa cuente con documentación interna no visible al público que establezca lineamientos sobre relaciones entre empleados, ética empresarial o conflictos de interés.
En un entorno corporativo actual, donde la reputación es tan importante como el rendimiento financiero, las empresas tecnológicas —especialmente las del sector de datos y software— suelen tener normativas claras sobre la conducta de sus líderes, aunque no siempre las hagan públicas.
¿Y la esfera personal del CEO de Astronomer?
Andy Byron está casado con Megan Kerrigan Byron, con quien tiene dos hijos. Según reportes de The Times y San Francisco Chronicle, Megan eliminó recientemente su apellido de sus perfiles digitales y posteriormente los desactivó, lo que muchos interpretan como una reacción directa al incidente viral.
Conclusión
Aunque aún no se ha confirmado una relación extramarital entre Byron y Cabot, la viralización del momento ha encendido alarmas dentro y fuera de Astronomer. De existir políticas internas que regulen las relaciones interpersonales entre ejecutivos, el CEO podría enfrentar consecuencias formales. La cultura de transparencia corporativa y la presión mediática podrían influir tanto como las reglas mismas. Por ahora, Andy Byron se encuentra en el centro de una historia que mezcla música, romance, redes sociales… y riesgo empresarial.
RECOMENDAMOS:
Computadoras HP se convertirán en soporte de publicidad
¿Qué es la insuficiencia venosa crónica la enfermedad diagnosticada a Donald Trump?
Mango, la fintech mexicana que está resolviendo el caos financiero de la construcción