-
Más del 50% de las empresas a nivel global ya utilizan alguna forma de IA, con un mercado que se proyecta crecer hasta 1.8 billones de dólares para 2030, refiere McKinsey & Company.
-
Se espera que para 2025, el 75% de las aplicaciones empresariales integren capacidades de IA para mejorar eficiencia y personalización (Gartner).
-
La IA se aplica en sectores como desarrollo de software automatizado, atención al cliente, optimización logística y más.
En medio de la fiebre global por adoptar soluciones con solo inteligencia artificial, pocos imaginaron que uno de los proyectos más prometedores sería, en realidad, una elaborada puesta en escena. BuilderAI, la startup que prometía automatizar el desarrollo de apps como si se tratara de pedir comida a domicilio, ha colapsado tras revelarse que su sofisticada “IA” era, en realidad, una fachada sostenida por más de 700 ingenieros trabajando desde India.
El colapso de esta farsa se precipitó en mayo de 2024, cuando la firma financiera Viola Credit bloqueó 37 millones de dólares de las cuentas de BuilderAI, tras descubrir que sus proyecciones de ingresos estaban infladas en más de 300%.
Era cuestión de tiempo para que esto se descubriera ya que las finanzas internas eran insostenibles y el modelo de negocio, una ilusión. Hoy BuilderAI enfrenta deudas millonarias, entre ellas 85 millones con Amazon Web Services y otros 30 millones con Microsoft por servicios en la nube.
Cabe mencionar también que el CEO y fundador, Sachin Dev Duggal, había asegurado a inversionistas que generarían 220 millones de dólares ese año, pero una auditoría independiente encontró ingresos reales por apenas 50 millones.
Durante años, BuilderAI se posicionó como una solución revolucionaria en el sector tecnológico. Se presentó como una plataforma capaz de crear aplicaciones funcionales de forma automática, impulsada por un sistema llamado Natasha que, según sus fundadores, eliminaba casi por completo la necesidad de intervención humana. Esta narrativa cautivó a gigantes como Microsoft, que de hecho invirtió más de 400 millones de dólares, y al fondo soberano de Qatar, que también apostó por el proyecto. En su punto más alto, BuilderAI fue valorada en 1,500 millones de dólares.
Pero detrás de esa fachada tecnológica se escondía una estructura tradicional de outsourcing. Y es que, una detallada investigación reveló que no había automatización real: el “código generado por IA” era en realidad producido manualmente por cientos de ingenieros desde oficinas en India. Las respuestas que los usuarios recibían de la supuesta inteligencia artificial eran materiales modificables por humanos que estaban al tanto de las peticiones.
😃 The Natasha neural network turned out to be 700 Indian programmers
The startup BuilderAI offered to write any application, like in a constructor, by selecting the necessary functions.
In reality, customer requests were sent to the Indian office, where 700 Indians wrote code… pic.twitter.com/lYWipf63cp
— Bernhard Engelbrecht (@BernhardEngel_) May 29, 2025
BuilderAI no solo dejó un vacío financiero, también encendió alarmas sobre el entusiasmo ciego hacia cualquier producto que lleve las siglas “IA”. La historia de su ascenso y caída es un recordatorio contundente: no todo lo que brilla en Silicon Valley es innovación, y no toda “inteligencia artificial” es realmente inteligente.
En los últimos años, la inteligencia artificial (IA) ha experimentado un crecimiento exponencial, transformando industrias enteras y revolucionando la manera en que las empresas operan. Según un informe de McKinsey & Company de 2023, más del 50% de las organizaciones a nivel mundial han adoptado alguna forma de IA en sus procesos, y se espera que el mercado global de IA alcance un valor de 1.8 billones de dólares para 2030, impulsado por avances en aprendizaje automático, procesamiento del lenguaje natural y automatización.
El interés por la IA no solo está en las grandes corporaciones, sino también en startups que buscan ofrecer soluciones innovadoras, desde el desarrollo de software automatizado hasta la atención al cliente y la optimización logística. Gartner estima que para 2025, el 75% de las aplicaciones empresariales incorporarán capacidades de IA para mejorar la eficiencia y personalizar la experiencia del usuario.
Sin embargo, este rápido crecimiento también ha generado desafíos significativos. La presión por innovar y presentar avances disruptivos ha llevado a algunos actores del mercado a exagerar el nivel real de automatización e inteligencia de sus productos, lo que ha incrementado la necesidad de auditorías y regulaciones más estrictas. Además, la dependencia de infraestructuras costosas y la necesidad de talento altamente especializado continúan siendo obstáculos para la adopción masiva y sostenible de estas tecnologías.
En este contexto, la transparencia y la verificación independiente de las capacidades reales de los sistemas de IA son fundamentales para evitar fraudes y proteger las inversiones, asegurando que las promesas tecnológicas se traduzcan en beneficios tangibles para empresas y usuarios finales.
Ahora lee:
Lego lanza colección inspirada en ‘Cómo entrenar a tu dragón’
¿Adiós WhatsApp? Elon Musk lanza XChat, su app de mensajería
Cloe y Sanrio lanzan colaboración con una nueva colección cápsula