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El 65% de Gen Z y Millennials quiere marcas que reflejen los valores culturales actuales.
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El 71% de los consumidores prefiere productos respaldados por figuras públicas con las que comparten valores, dicen datos de Nielsen.
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Las colaboraciones con artistas y celebridades auténticos generan mayor impacto que la publicidad tradicional.
Bad Bunny además de ser uno de los artistas más influyentes del mundo, también se ha convertido en una de las apuestas más efectivas de Adidas para evolucionar su estrategia de marca. Más que una cara famosa para campañas de temporada, el ‘Conejo Malo’ representa una gran alianza estratégica a largo plazo que ha logrado impulsar varias categorías como la música, la identidad cultural y las experiencias inmersivas como pocas veces se ha visto en la industria del marketing deportivo.
El lanzamiento de la colección Gazelle City Series, inspirada en Puerto Rico, es un claro ejemplo de esta sinergia. Cada par de estos tenis cuenta una historia que conecta con la tierra natal del artista, no desde el cliché tropical, sino desde una mirada emocional y simbólica, ya que uno de los modelos incluso fue presentado junto a personas mayores puertorriqueñas, en un homenaje a las raíces, la memoria y la transmisión cultural. Esta narrativa es crucial para construir pertenencia.
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Pero la colaboración ha ido más allá del calzado. En una estrategia que unió a Adidas con Mercedes-AMG PETRONAS F1, se logró llevar por primera vez un monoplaza de Fórmula 1 a las calles de San Juan, Puerto Rico. Este hito no solo marcó una primera vez para la isla, sino también reforzó la capacidad de Bad Bunny de mover industrias completas hacia su territorio. La alianza se hizo aún más simbólica cuando el artista fue presentado como nuevo integrante del equipo de Mercedes, un movimiento que eleva su perfil de embajador a figura transversal entre música, deporte y estilo de vida.
Primera vez que se prende un carro de F1 en Puerto Rico 😮💨 @sanbenito
The first time an F1 car is fired up in Puerto Rico 😮💨 @sanbenito
adidas x Mercedes-AMG PETRONAS F1 Para Bad Bunny pic.twitter.com/o325lzlBe9
— Mercedes-AMG PETRONAS F1 Team (@MercedesAMGF1) August 1, 2025
Otra iniciativa relevante es cuando Adidas lanzó una vacante con el nombre “El trabajo más increíble de tu vida”, que buscaba a una persona para ser embajadora de marca durante la residencia cultural “No me quiero ir de aquí”, una experiencia basada en el universo creativo del artista. Este tipo de acciones no solo muestran el poder de convocatoria de Bad Bunny, sino cómo su impacto y legado se traduce en proyectos significativos para la comunidad y la marca.
Lo interesante de esto es que Adidas no está apostando únicamente por el impacto mediático del artista, sino por su capacidad de generar cultura. En un momento donde las audiencias exigen autenticidad y conexiones reales con las marcas, Bad Bunny es disruptivo, coherente con su identidad, y posee un magnetismo que moviliza tanto a fanáticos como a marcas globales. Ya lo hizo con Messi al impulsar unos tenis deportivos de Adidas, porque recordemos que ambos son embajadores de la marca.
La alianza entre Bad Bunny y Adidas se está saliendo de lo tradicional y comercial para impactar de formas diferente en las mentes y experiencias del consumidor.
La llegada de la Fórmula 1 a Puerto Rico de la mano de Bad Bunny es algo memorable, nuevo y hasta histórico, teniendo en cuenta que llevó los tenis representativos de su unión con Adidas.
De acuerdo con el estudio Culture Next 2023 de Spotify Advertising, el 65% de los jóvenes de la Generación Z y Millennials considera que las marcas deben reflejar los valores culturales actuales si quieren ser relevantes. Esto implica dejar de lado campañas genéricas para apostar por colaboraciones con referentes que encarnen autenticidad, representación y comunidad.
Además, un informe de Nielsen reveló que el 71% de los consumidores globales se sienten más inclinados a comprar un producto cuando lo respalda una figura pública con la que comparten valores. Sin embargo, ya no se trata solo de influencia, sino de la conexión emocional y cultural entre el embajador y el producto es lo que genera impacto verdadero y duradero.
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