Avon es una de las compaƱĆas con mayor historia dentro de las marcas de venta por catĆ”logo a nivel mundial, alcanzó un valor de marca de mil 730 millones de dólares en 2012 e ingresos por 10.7 mil mdd ese mismo aƱo, segĆŗn cifras reportadas por la compaƱĆa.
Para 2014, segĆŗn un ranking de Women’s Wear Daily, los ingresos alcanzados por la compaƱĆa registraron una caĆda hasta los seis mil 300 mdd, es decir, se contrajeron sus ingresos en mĆ”s de cuatro mil mdd, sin embargo no dejó de estar entre las diez marcas con mejores ingresos en el segmento de belleza a nivel internacional, encabezado por LāOrĆ©al, con ingresos de 29 mil 940 mdd.
En este escenario corporativo llama la atención que Avon lanzó un concepto creativo en su última campaña donde muestra a una mujer al interior de un edificio, vestida de traje sastre y motivando a mujeres que realizan actividades de oficina a convertirse en jefas de su vida, escenario frente al cual, vender catÔlogos de Avon surge como una oportunidad.
La historia publicitaria volvió a a campaña viral con mÔs de 174 mil reproducciones en YouTube y una estrategia que se extendió en testimonios de vendedoras con el uso del hashtag #BeautyBoss.
En los videos, estas mujeres dan su testimonio de cómo ha impactado trabajar en la compaƱĆa en sus vidas diarias.
Debido a esto es importante observar cómo los momentos siguen definiendo el interĆ©s de un mercado (vendedores-consumidores)hacia marcas que logran presentarse ante ellos como una solución o respuesta a sus necesidades, haciendo que la apuesta de este tipo de compaƱĆas con ventas basadas en representantes y ventas por catĆ”logo, logren mantenerse como una opción diferente ante el esquema que compaƱĆas como L’OrĆ©al, Unilever, P&G o EstĆ©e Lauder dominan.