La industria bancaria mundial se encuentra en medio de una transformación profunda impulsada por la digitalización, la inteligencia artificial y la evolución en los hábitos de consumo financiero. A nivel global, los bancos tradicionales enfrentan la presión de adaptarse a un entorno donde las fintech, los neobancos y las bigtech están marcando nuevos estándares en velocidad, por lo que ahora surgió lo que podría ser el nuevo banco en México y qué tiene que ver Oxxo con eso.
Según el Global Banking Annual Review 2024 de McKinsey & Company, el sector bancario global alcanzó ingresos por más de 6.3 billones de dólares el año pasado, con un crecimiento sostenido del 5.5 por ciento, impulsado principalmente por las regiones de Asia-Pacífico y Medio Oriente. Sin embargo, este dinamismo convive con una creciente desigualdad financiera y un acceso limitado a servicios bancarios en muchas regiones del planeta.
De acuerdo a datos de la Asociación de Bancos de México (ABM), sólo el 31 por ciento de las pequeñas y medianas empresas (PyMEs) mexicanas accede a financiamiento formal. Esta limitación frena el crecimiento del ecosistema emprendedor y pone en evidencia la necesidad de modelos crediticios más flexibles y orientados al riesgo real.
Así será el nuevo banco en México
Con todos estos datos vemos cómo el sistema financiero mexicano vive una transformación acelerada, impulsada por la digitalización, el auge de las fintech y la aparición de nuevos actores que están modificando el panorama tradicional de la banca. Entre estos protagonistas destacan las tiendas de conveniencia, que han dejado de ser simples puntos de venta para convertirse en verdaderas ventanillas del sistema financiero, con un papel clave en la inclusión y acceso a servicios bancarios para millones de mexicanos.
En un país donde más de 50 instituciones bancarias coexisten —desde gigantes comerciales hasta bancos digitales especializados—, la irrupción de modelos 100 por ciento digitales, como NU México (NuBank), ha marcado un parteaguas. Estas plataformas han apostado por romper con las estructuras tradicionales para llegar a sectores marginados y jóvenes que buscan soluciones ágiles y sin intermediarios físicos.
Sin embargo, el fenómeno más disruptivo quizá no venga solo de la tecnología digital, sino de su combinación con la capilaridad territorial de las tiendas de conveniencia. Establecimientos como OXXO, 7-Eleven, Waldo’s y Circle K han comenzado a ofrecer servicios bancarios básicos como depósitos, retiros, pagos de servicios y recargas telefónicas, alcanzando comunidades donde los bancos tradicionales no tienen presencia física.
Ahora ha surgido un nuevo caso como es Spin by OXXO, propiedad de FEMSA, que nació como una fintech bajo el esquema de Institución de Fondos de Pago Electrónico (IFPE), y que ahora, planea un salto de gran escala, convertirse en una institución de banca múltiple, una figura legal que le permitiría competir de lleno en el ecosistema bancario nacional.
Con eso vemos como de lograr la aprobación de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), Spin podría ofrecer productos como cuentas de nómina, créditos personales, ahorro digital y terminales de pago para pequeños comercios. Un paso clave será habilitar la portabilidad de nómina, una funcionalidad hoy fuera de su alcance por limitaciones regulatorias. Este movimiento no solo posiciona a FEMSA como jugador bancario, sino que también representa una oportunidad histórica para cerrar brechas de inclusión financiera en sectores de bajos ingresos y con acceso limitado a la banca formal.
Y es así como el futuro del sistema bancario dependerá de su capacidad de adaptarse a las nuevas tecnologías, fortalecer la confianza de los usuarios y, sobre todo, de cumplir con una promesa básica: ser verdaderamente accesible y útil para todos.
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