La frontera entre lo real y lo artificial en la publicidad se acaba de volver aún más delgada. La filial alemana de Vodafone lanzó en TikTok un anuncio protagonizado por un “influencer” que no existe; una joven morena creada con inteligencia artificial que promociona velocidades de internet de hasta mil Mbit/s y un reembolso de 120 euros.
El detalle no pasó desapercibido. Un usuario detectó inconsistencias en el rostro —como lunares que aparecían y desaparecían— y la marca confirmó lo evidente, y era que estaba probando con IA. “Estamos explorando diferentes estilos. Como la inteligencia artificial es ya parte de la vida cotidiana, también la gente experimenta con ella en la publicidad”, respondió Vodafone en alemán.
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Vodafone y la apuesta por la IA
Este no es el primer paso de la compañía británica en el terreno de lo sintético. En 2024 lanzó “El Ritmo de la Vida”, un comercial producido 100 por ciento con IA, sin un solo píxel real, según Amr El Badry, gerente global de identidad de marca.
Ahora, con su incursión en TikTok, Vodafone se suma a la creciente ola de influencers virtuales que están transformando la industria del marketing digital.
Una tendencia que sigue creciendo, ya que el caso más famoso es Lil Miquela, la influencer generada por computadora con 2.4 millones de seguidores y tarifas de hasta 73 mil 920 dólares por publicación, de acuerdo con The New York Times. Ha posado con Nancy Pelosi, asistido a los VMAs y hasta se queja en Instagram de los deepfakes que circulan de ella.
Detrás de esta figura está un equipo humano que maneja su narrativa, demostrando que la fusión de tecnología, entretenimiento y marketing puede crear estrellas tan rentables como las de carne y hueso.
En ese sentido, el uso de influencers de IA abre un debate inevitable: ¿se están reemplazando puestos humanos? Estudios de la Universidad de Stanford apuntan que los empleos de nivel inicial han caído 13 por ciento en áreas susceptibles a automatización. Incluso voces influyentes del sector advierten sobre el impacto.
Bill Gates, por su parte, si bien invita a la Generación Z a experimentar con IA, reconoce que ni siquiera tener experiencia con esta tecnología garantiza la seguridad laboral.
Vodafone, al poner un influencer artificial frente a millones de usuarios, no solo promociona un plan de internet, plantea preguntas sobre la autenticidad, la confianza y el rumbo de la publicidad digital. Para las marcas, la IA promete eficiencia y novedad. Para los consumidores, puede ser la prueba de fuego sobre qué tanto importa que el mensaje lo dé un humano o un algoritmo.
Lo cierto es que la apuesta de Vodafone marca un precedente: la era en la que los influencers de carne y hueso compiten directamente con avatares generados por IA ya es una realidad.
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