Sin duda alguna, el fenómeno del streaming ha transformado no solo la forma en que se consume contenido audiovisual, sino también la estructura de la industria del entretenimiento. Ahora se dio a conocer que Netflix ha eliminado de forma definitiva su Plan Básico, el más barato sin anuncios que aún conservaban algunos usuarios.
Y es que a la cabeza de este cambio está Netflix, cuya irrupción y consolidación en el mercado marcó el inicio de una era en la que las plataformas digitales redefinen lo que significa ver televisión, hacer cine y generar cultura. Netflix, con más de 270 millones de suscriptores a nivel global, ha cambiado los hábitos de consumo al ofrecer contenido bajo demanda, sin horarios fijos, sin comerciales y con la posibilidad de ver series completas de una sola vez. Este modelo, adoptado y replicado por competidores como Amazon Prime Video, Disney+, Max y Apple TV+, ha dado lugar a un ecosistema digital donde el espectador tiene el control absoluto.
¿Adiós al Plan Básico de Netflix?
El cambio que muchos veían venir finalmente se ha concretado y es que Netflix ha eliminado en España de forma definitiva su Plan Básico, la modalidad más asequible sin anuncios que aún conservaban antiguos usuarios, y que estaría llegando a otros paises.
La medida marca un punto de inflexión en la estrategia comercial de la plataforma y refleja el viraje definitivo hacia un modelo donde la publicidad se convierte en parte esencial del negocio.
Y es que, la eliminación no fue repentina. Desde inicios de 2024, Netflix fue acotando el espacio del Plan Básico: primero impidió nuevas contrataciones, luego aumentó su precio y ahora lo ha eliminado por completo. Un proceso paulatino que revela una hoja de ruta premeditada, dirigida a empujar a los suscriptores hacia planes más rentables para la empresa. Los usuarios han comenzado a recibir correos electrónicos donde se les notifica la transición automática hacia otras modalidades, salvo que elijan una diferente. No hay escapatoria: la decisión está tomada.
Ahora la única opción económica incluye publicidad. Si el usuario desea disfrutar del contenido sin interrupciones, el precio se duplica. Esta estructura deja claro que la compañía ya no ve al cliente “sin anuncios y de bajo costo” como una prioridad comercial.
El cambio debe entenderse dentro de un contexto más amplio. Netflix, al igual que otras plataformas de streaming, ha enfrentado presiones por demostrar rentabilidad en un mercado altamente competitivo. A pesar de que ha conseguido un crecimiento sostenido en el número de suscriptores, la compañía ha tenido que reinventar su modelo de negocio. Con la incorporación de planes con anuncios —que generan ingresos tanto por suscripción como por publicidad—, la plataforma ha encontrado una fórmula más rentable.
De hecho, la compañía ha reportado récords de beneficios durante los últimos trimestres, lo que demuestra que su modelo híbrido está funcionando. Los ingresos publicitarios se han convertido en un pilar clave para mantener contenido exclusivo y financiar producciones de alto calibre sin seguir aumentando el precio de todos los planes.
Para muchos usuarios, especialmente aquellos de larga data que se mantenían en el Plan Básico, la decisión puede interpretarse como una traición a la fidelidad. El hecho de que Netflix no haya ofrecido una alternativa intermedia —sin anuncios pero más asequible— deja en evidencia su estrategia de polarizar al usuario: o ves publicidad, o pagas más. Esta política podría generar cierta fuga de clientes, aunque el efecto real dependerá del grado de dependencia que cada usuario tenga del catálogo de Netflix.
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