Buenos Aires, Argentina.- La marca que Unilever vendió por 575 millones de dólares tiene un pasado de emprendedores, ideas innovadoras y atrevimiento empresario. Todo comenzó en Argentina, en 1988.
Este miércoles, Coca-Cola Company y Coca-Cola Femsa compraron a la multinacional Unilever la marca de alimentos derivados de la soya AdeS por 575 millones de dólares.
Pero hay una historia detrás de esa marca. Es ésta.
Primero que nada: ¿Qué significa AdeS? Fácil: “Alimento de Soya”. O Soja, como se le dice al sur de América a la oleaginosa más cultivada en los campos de la pampa Argentina y cuyo desarrollo e ingresos por exportaciones son la base del crecimiento económico de los últimos años.
Pero volvamos al emprendimiento que se convirtió ahora en una “joya” de más de 500 millones de dólares. “AdeS fue originalmente un desarrollo de cinco argentinos (de Córdoba) que tomaron la idea primigenia del sector ganadero brasileño y lo materializaron en La Cocha, Tucumán (al norte argentino), tres décadas atrás”, publicó La Voz.
La pequeña localidad tiene 6.800 habitantes, apenas 2.000 más que en 1988, cuando vio nacer a AdeS
Para crear el producto, se basaron en una idea que habían visto en campos de Londrina, al sur de Brasil, para alimentar terneros tras el destete.
La leche de soya la producía un sistema tecnológico conocido como “la vaca mecánica”
Entre los emprendedores estaban Juan Martín Allende, el dueño del campo, y Alejandro Gutiérrez-Herrera, un hombre de experiencia en la industria láctea. “Buscaban desarrollar un producto que combinara a la oleaginosa con jugo de fruta. Y sobre todo, que fuera capaz de captar consumidores para convertirse en un hábito alimenticio”, publica La Nación.
Luego de una larga investigación y un viaje a Singapur (donde se estaba desarrollando la idea pero mayormente de leche en polvo) crearon la versión argentina del producto. Primero fue en los sabores natural (que se distribuía en colegios) y chocolatada; y, luego, agregaron jugo de naranja y de manzana.
Esa misma fábrica de AdeS en Tucumán continuó funcionando bajo sus creadores hasta 1993, cuando la vendieron a Refinerías de Maíz por 7,5 millones de dólares. “En ese momento, la fábrica tenía una producción mensual de 1,6 millón de envases de un litro de leche de soya y dos millones de envases de 200 cm3.
En 1999, Refinerías de Maíz pasó a constituirse en la filial argentina de la multinacional Bestfoods. En 2000, Unilever adquirió a nivel mundial Bestfoods, con el objetivo de convertirse en la más importante compañía de alimentos en el mundo”, publica La Gaceta.
Hoy, 16 años después, la marca de bebidas de soya formará parte de la línea de bebidas no carbonatadas de Coca-Cola, integrada a su robusto modelo de route-to-market.
