Aunque los nuevos términos y tecnologías inundan el vocabulario mercadológico, el trabajo de un publicista es el mismo: crear mensajes que puedan recordarse.

Por Alfredo Cervera

En un fondo blanco se representa un choque de autos y una mujer está preocupada porque no llegará a tiempo a su boda. De la nada, surge un hombre de traje que explica que en caso de un accidente, la aseguradora te presta un automóvil con chofer. Este anuncio es parte de la campaña que la agencia Arrechedera-Claverol implementó para Axa, que además incluye en participaciones en radio, exteriores y medios below the line. El resultado: convertirse en uno de los casos de éxito más sobresalientes en la mesa directiva mundial.

“Fue una experiencia interesante introducir en México a una de las empresas de seguros más grandes en el ámbito internacional con creatividad local. Ahora, la confianza del cliente está respaldada por los resultados de la estrategia”, comenta Sebastián Arrechedera, director general asociado de la compañía creativa.

Para este publicista, que antes laboraba para las filas de DDB, éste es un ejemplo de la oferta de negocios que tienen desde su fundación ocurrida en 2006. “Nos encontramos rodeados de nuevas tecnologías, terminologías y tendencias. En lugar de obtener un beneficio de ello, nos olvidamos de la verdadera tarea en cuestión: realizar mensajes que conecten con las personas. Por eso, nos alejamos de toda la ‘vanguardia’ y volvemos a las bases”, señala.

Con esta dinámica de negocios, crecieron un 125 por ciento durante 2008, de la mano de nuevos clientes como Volkswagen —área hard sell—, Harmon Hall, Revista Marvin, Be-Light y Babymundo. Además, con la creación de Kansei Lab —empresa de internet— y Trébol —activaciones y eventos—, aumentan su oferta de servicios creativos.