La suspensión del programa nocturno Jimmy Kimmel Live! por parte de ABC, propiedad de Disney, desató una tormenta política y cultural que rápidamente escaló en redes sociales y en la arena pública donde los consumidores llaman a boicot contra la marca.
La cadena tomó la decisión de retirar al aire al presentador de 57 años luego de que este, durante un monólogo el lunes, acusara a la llamada “pandilla MAGA” de aprovechar políticamente el asesinato del activista conservador Charlie Kirk. La reacción fue inmediata y feroz: líderes conservadores exigieron sanciones, la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) presionó con advertencias de escrutinio regulatorio y Donald Trump celebró públicamente lo que calificó como “una gran noticia para Estados Unidos”.
Cómo es el Boycot contra Disney
En plataformas como X y Bluesky, los hashtags #BoycottDisney y #BoycottABCNetwork dominaron las tendencias. Usuarios de todas partes comenzaron a compartir capturas de pantalla cancelando sus suscripciones a Disney+ y llamando a boicotear la compañía en su conjunto. La comentarista política progresista conocida como JoJoFromJerz instó a sus más de un millón de seguidores a “boicotear todo lo relacionado con ABC y Disney”, mientras que el escritor Wajahat Ali pidió un “boicot colectivo” que incluyera cerrar filas contra las películas de Marvel y las producciones de comedia, argumentando que solo golpeando en el bolsillo la corporación se vería obligada a rectificar. Su mensaje acumuló más de 1.3 millones de visualizaciones. En la misma línea, el activista Brian Krassenstein acusó a Disney de ceder a presiones políticas y extendió el llamado incluso a boicotear a las filiales ABC controladas por Nexstar y Sinclair, así como a los anunciantes vinculados.
I expect actors and other creatives to boycott Oscars 2026. I’m not patronizing ABC, even for one of my favorite hate-watches. pic.twitter.com/beocVbqWRX
— Matthew Rettenmund (@mattrett) September 18, 2025
Never, ever forgive ABC for what they did. We must fully and completely, 100%, boycott. If their journalists have any integrity, they will walk off the job. Right now is zero hour for bold action. We are in a dark midnight for free speech, for our country, for our future. pic.twitter.com/Gv3cT7Mz5U
— John Jackson (@hissgoescobra) September 18, 2025
Boycott everything affiliated with ABC and Disney.
Pass it on.
— Jo (@JoJoFromJerz) September 17, 2025
Every major talent that works for ABC and Disney should refuse to show up for work until Jimmy Kimmel is reinstated.
Marvel movies need to shutdown. Ditto the sitcoms.
Collective boycott.
Corporations love money more than anything, & this will really harm them and force them…
— Wajahat Ali (@WajahatAli) September 17, 2025
BOYCOTT ALERT!
Disney/ABC just caved & pulled Jimmy Kimmel for political reasons.
Nexstar — which owns The CW + 200+ local ABC, NBC, CBS & FOX stations — is part of the same machine.💥 Boycott Disney. Boycott Nexstar. Boycott their advertisers.
Hit them where it hurts: the… pic.twitter.com/3Ui2rzwdxw
— Brian Krassenstein (@krassenstein) September 18, 2025
Just canceled my Disney+ account! #BoycottABCNetwork #BoycottDisney pic.twitter.com/AoVauONIj0
— Victor Hugo ❤️🔥🧡 (@Victorhugoswift) September 18, 2025
El ambiente se tensó aún más cuando Brendan Carr, presidente de la FCC nombrado por Trump, advirtió públicamente que las estaciones afiliadas a ABC podrían enfrentar un mayor escrutinio si el programa de Kimmel se mantenía al aire. Las declaraciones fueron interpretadas como una amenaza regulatoria directa que terminó de empujar a Disney a tomar la decisión más drástica. Horas antes de la grabación de un nuevo episodio, el equipo de producción en Los Ángeles recibió la notificación de la cancelación, y los invitados programados fueron informados a mitad de sus viajes de que sus apariciones quedaban suspendidas.
Kimmel fue visto saliendo del Teatro El Capitán, visiblemente molesto, aunque sin dar declaraciones a la prensa. Fuentes cercanas aseguran que el presentador está “absolutamente furioso” y que ya analiza vías legales para desvincularse de ABC, una decisión que podría abrir un nuevo frente en esta disputa. Mientras tanto, Trump no perdió la oportunidad de capitalizar el momento al felicitar a ABC por “finalmente tener el coraje de hacer lo que había que hacer” y reiterar sus críticas a Kimmel, a quien calificó de “carente de talento”.
La controversia no ocurre en un vacío. Disney enfrenta desde hace meses una presión cada vez mayor en sus finanzas por la caída en suscriptores de Disney+, las críticas a sus franquicias cinematográficas y el entorno competitivo en el mercado del entretenimiento. Un boicot masivo, similar a lo ocurrido con Bud Light en 2023 o Target en el mismo año, podría representar pérdidas significativas tanto en ingresos por suscripción como en taquilla, además de la desconfianza de inversionistas que ya vigilan con atención cada movimiento de la compañía.
Más allá de las consecuencias económicas inmediatas, la suspensión de Kimmel abre un debate profundo sobre el poder de las corporaciones en la gestión del discurso público y la tensión entre libertad de expresión y presión política. Para los conservadores, el movimiento de ABC representa un triunfo sobre lo que consideran un sesgo mediático, mientras que para los sectores progresistas es una rendición inaceptable ante las amenazas de censura. En medio de esta batalla, Disney se encuentra nuevamente en el ojo del huracán, atrapada entre intereses políticos, regulatorios y financieros que ponen a prueba su imagen y su estabilidad.
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