Tesla vuelve a sacudir a Wall Street. La junta directiva del fabricante de autos eléctricos ha propuesto un plan de compensación de 1,03 billones de dólares para su CEO, Elon Musk, en lo que sería el paquete corporativo más grande jamás registrado. La propuesta busca asegurar la permanencia del empresario mientras redirige la compañía hacia la inteligencia artificial y la robótica, incluso en medio de una demanda judicial por su plan de pago de 2018.
La cifra es descomunal: 18 veces mayor que su polémico plan de 56 mil millones de dólares de hace siete años. Si se aprueba, Musk recibiría hasta un 12 por ciento adicional de participación accionaria, consolidando su control sobre Tesla justo cuando enfrenta la presión de rivales chinos y la desaceleración en la demanda global de autos eléctricos.
Una apuesta de alto riesgo
El paquete está condicionado al desempeño. Para liberar el total, Tesla tendría que multiplicar por ocho su valoración hasta alcanzar los 8,6 billones de dólares en la próxima década. La meta no es menor: Musk ha dicho que el robot humanoide Optimus podría llegar a representar el 80 por ciento del valor de la empresa, y se ha atrevido a proyectar una valoración de 25 billones de dólares a futuro.
Pese a la magnitud del premio, Tesla recalcó que Musk no recibirá salario ni bonos en efectivo, replicando el modelo de compensación de 2018. Todo dependerá de hitos como la producción masiva de robotaxis y robots humanoides.
“Este plan establece un nuevo estándar en los incentivos para directores ejecutivos y dominará los debates en juntas corporativas de todo el mundo”, señaló Adam Sarhan, CEO de 50 Park Investments. Sin embargo, no faltan las críticas. Expertos en gobierno corporativo advierten que, siendo Musk ya el mayor accionista de Tesla, el plan acentuaría los riesgos de gobernanza y la posible dilución de accionistas minoritarios.
Brian Quinn, profesor de Derecho en Boston College, fue tajante: “Es un paquete salarial desorbitado. El precio de las acciones de Tesla es pura ilusión; aun así, sospecho que lo aprobarán”.
Política y poder
El debate no solo es financiero. Musk, que recientemente anunció la creación del “Partido América” tras un enfrentamiento con Donald Trump, mantiene una fuerte exposición política que preocupa a inversionistas. Pese a ello, la junta de Tesla desechó una propuesta para limitar su activismo partidista.
Douglas Chia, presidente de Soundboard Governance, lo resumió: “Lo que Elon quiere, lo consigue de la junta y de sus accionistas”.
La propuesta será votada por los accionistas en noviembre. De aprobarse, Musk consolidaría aún más su control sobre Tesla, que ahora tiene su sede en Texas, y estaría en posición de dirigir la transición de la compañía hacia la era de la inteligencia artificial, los robotaxis y la robótica humanoide.
Mientras tanto, las acciones de Tesla ya reaccionaron con un aumento del 3 por ciento, anticipando el impacto de un movimiento que podría reescribir las reglas del pago corporativo en el mundo.
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