La Comisión Europea encendió una bomba en el tablero tecnológico global: una multa de 3 mil 450 millones de dólares contra Google por prácticas anticompetitivas en su negocio de publicidad digital. Se trata de la cuarta sanción en menos de una década contra el gigante de Silicon Valley, pero esta vez el impacto trasciende lo financiero: amenaza con detonar nuevas tensiones comerciales entre Bruselas y Washington.
El caso nació tras la denuncia del Consejo Europeo de Editores, que acusa a Google de haber favorecido durante años a su plataforma AdX, encareciendo tarifas y cerrando la puerta a rivales y medios online. Según la Comisión, el abuso de posición dominante comenzó en 2014 y sigue vigente. “Los mercados digitales existen para servir a las personas y deben basarse en la confianza y la equidad. Cuando los mercados fallan, las instituciones públicas deben actuar”, advirtió Teresa Ribera, comisaria de Competencia de la UE.
Google, que tiene 60 días para proponer una solución, ya anunció que apelará. “La decisión es errónea y perjudicará a miles de empresas europeas. No hay nada anticompetitivo en ofrecer servicios a compradores y vendedores de publicidad”, respondió Lee-Anne Mulholland, vicepresidenta global de Asuntos Regulatorios de la compañía.
Una multa con sabor geopolítico
La sanción llega en un momento incómodo: el expresidente Donald Trump, que busca regresar a la Casa Blanca, ya había advertido que respondería a cualquier acción de la UE contra las big tech estadounidenses. En la Comisión, incluso hubo voces que pidieron retrasar la medida por temor a que Washington impusiera aranceles al sector automotriz europeo.
El Consejo Europeo de Editores se mostró decepcionado con la falta de medidas más drásticas. “Una multa no solucionará el abuso. Google lo verá como un costo más de hacer negocios mientras consolida su dominio en la era de la IA”, alertó Angela Mills Wade, su directora ejecutiva. Investigadores como Cori Crider van más allá: piden una división obligatoria de los negocios publicitarios de Google para abrir un mercado valorado en 120 mil millones de euros.
Asimismo, el negocio publicitario de Google sigue siendo su mina de oro. Solo en 2024, los anuncios —incluyendo YouTube, Gmail, Google Maps y AdSense— generaron 264 mil 600 millones de dólares, equivalentes al 75.6 por ciento de sus ingresos globales. La compañía enfrenta también un proceso en Estados Unidos, donde el Departamento de Justicia ya determinó que opera monopolios ilegales en tecnología publicitaria.
Mientras la UE plantea incluso obligar a desinversiones, la batalla judicial apenas comienza. Si Google no cede, podría enfrentarse a una fractura histórica de su modelo publicitario, el mismo que sostiene a miles de negocios en línea y financia gran parte de la economía digital.
La pregunta ahora es si este choque es solo el preludio de una guerra comercial abierta entre Europa y Estados Unidos, con Google en el ojo del huracán.
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