Starbucks quiere que tu café de la mañana tenga un giro más ambicioso que la cafeína: ahora también busca que funcione como proteínas. La cadena anunció que el próximo 29 de septiembre lanzará de manera permanente sus nuevas bebidas con proteína, tanto en espumas frías como en lattes, consolidando su entrada a un mercado en auge: el de las bebidas funcionales.
Cada Protein Cold Foam contiene 15 gramos de proteína en tamaño grande y llega con sabores que van desde lo clásico como vainilla o chocolate hasta opciones más experimentales como matcha, banana o caramelo salado. La apuesta también incluye versiones de temporada con calabaza y nuez, que se suman al ya tradicional Pumpkin Spice Latte, uno de los éxitos comerciales más rentables de la compañía. En paralelo, los lattes proteicos elaborados con leche enriquecida ofrecen entre 15 y 36 gramos de proteína por bebida, lo que transforma un ritual matutino en una dosis energética asociada al mundo fitness.
La estrategia responde a una tendencia global que ha cambiado los hábitos de consumo. Según Euromonitor, el mercado de bebidas funcionales —donde se incluyen productos con proteína, vitaminas y adaptógenos— crecerá a un ritmo anual del 8 por ciento hasta 2028 y podría alcanzar un valor de más de 200 mil millones de dólares en los próximos tres años. En Estados Unidos, Nielsen reporta que las ventas de productos con proteína añadida aumentaron un 22 por ciento solo en el último año, reflejando cómo los consumidores buscan cada vez más beneficios adicionales en su alimentación diaria. Starbucks no quiere quedarse fuera de este movimiento y apuesta a transformar la percepción de lo que puede ser una bebida de café.
¿Qué pasa con las nuevas bebidas?
En redes sociales, el anuncio ya generó un debate encendido. Para algunos, la idea de sumar proteína a su bebida favorita representa una oportunidad de combinar placer y nutrición en un solo vaso. Para otros, en cambio, es una intrusión innecesaria en un terreno que debería mantenerse fiel al sabor del café. Este contraste de opiniones recuerda lo que sucedió en 2003, cuando la compañía presentó por primera vez el Pumpkin Spice Latte, un experimento que los estudios de mercado consideraban de baja intención de compra, pero que terminó convirtiéndose en un fenómeno cultural que hoy genera cientos de millones de dólares en ventas cada temporada.
El giro hacia lo proteico abre una interrogante más amplia sobre la dirección que tomará la industria del café y de las bebidas listas para consumir. De acuerdo con Statista, el mercado global del café supera los 132 mil millones de dólares en 2025 y mantiene un crecimiento sostenido del 4 por ciento anual. Sin embargo, las marcas ya no compiten únicamente en sabor, sino en funcionalidad, salud y estilo de vida. Lo que antes era un simple espresso hoy se enfrenta a rivales que prometen energía prolongada, control de apetito o beneficios nutricionales adicionales.
Starbucks busca capitalizar esa tendencia y, al mismo tiempo, reforzar su imagen de innovación. La compañía sabe que el éxito de estas bebidas podría colocarla en una nueva categoría, entre el café tradicional y los suplementos deportivos, un terreno que hasta ahora dominaban marcas de nutrición como Herbalife o GNC.
Si el consumidor adopta estas propuestas como lo hizo con el Pumpkin Spice Latte, la proteína podría convertirse en el nuevo emblema de una generación que exige que su café sea algo más que un ritual: un impulso tangible para el día a día.
Ahora lee:
Costco sorprende a clientes con regalo inesperado: la bolsa que todos quieren
A partir de esta fecha las transferencias bancarias cambiarán en México
¿Enid Sinclair muere en Merlina temporada 2 parte 2? Esto pasa con ella
