
En la era postpandemia, hablar de transformación digital ya no es novedad, pero entenderla desde un enfoque humano y emocional sigue siendo el gran desafío para las marcas. Para Eddy Breach, director de Marketing, Ecommerce y Experiencia al Cliente en Avis México, el cambio más profundo que atraviesa la publicidad no está en la tecnología, sino en la forma en que las marcas logran conectar de verdad con las personas.
Desde su posición, Eddy Breach ha sido testigo del giro que ha dado la industria de los viajes. “Hoy, los consumidores no buscan solo un destino, sino una historia que recordar, una experiencia que los represente”, señala.
En su visión, las marcas relevantes ya no son las que destacan por el precio o el producto, sino aquellas que saben inspirar emociones genuinas.
Uno de los ejes centrales de este cambio es la personalización. Gracias al uso de datos, inteligencia artificial y modelos predictivos, hoy es posible anticiparse a los deseos de los viajeros. Pero para Breach, eso no basta: “La tecnología tiene sentido cuando se usa con propósito; de lo contrario, desconecta”.
Un ejemplo de esta filosofía se materializó en una activación creativa reciente en un mostrador de renta de autos en Cancún, donde se sorprendió a los clientes con mensajes personalizados en una pantalla gigante, enviados por sus propios familiares. “Eso es lo que hace poderosa a una marca: contar historias reales que emocionen, que se queden grabadas en la memoria”, afirma.
En este nuevo modelo, la publicidad digital se aleja de las campañas masivas para centrarse en segmentos específicos.
Breach explica que el uso de microinfluencers, bien alineados con los valores de la marca, puede tener un impacto mayor que el de figuras con millones de seguidores. Lo importante, insiste, es la coherencia y la credibilidad: “Hoy, la voz auténtica pesa más que cualquier slogan”.
El viajero digital también ha cambiado. Las generaciones más jóvenes -entre los 20 y 30 años- ya no quieren poseer autos o propiedades; quieren libertad, movimiento, vivencias.
En cambio, los millennials valoran la inmediatez y los procesos rápidos, mientras que los mayores de 45 años priorizan la confianza. “Entender esos matices es clave para construir una marca sólida en el entorno digital”, destaca.
En México, esto se refleja en una creciente demanda de viajes por carretera, exploración gastronómica regional y rutas poco tradicionales. El lujo ya no está en lo material, sino en tener tiempo para vivir una experiencia auténtica.
Como dice Eddy Breach: “El lujo ya no es algo que tocas, es tener tiempo para vivir una experiencia que pocos pueden contar.”
En este nuevo ecosistema, la función del marketing no es solo atraer clientes, sino construir vínculos emocionales duraderos. Breach lo tiene claro: el futuro del sector estará liderado por aquellas marcas que sean capaces de combinar tecnología, creatividad y empatía.
Desde su experiencia profesional, que abarca aerolíneas, plataformas de movilidad y tecnología, comparte una lección clave: “Inspirar es motivar al viajero a verse en la historia que le cuentas, a tomar decisiones con el corazón, no solo con la lógica”.
Y aunque hoy representa a una de las compañías más reconocidas en movilidad, su mensaje trasciende el nombre de cualquier marca. Lo que propone es una visión de marketing con propósito, donde cada campaña sea una oportunidad para conectar, transformar y dejar huella.