El gigante tecnológico Nvidia frenó de golpe la producción de su polémico chip H20 de inteligencia artificial, después de que el gobierno de Pekín intensificara su ofensiva contra el uso de hardware estadounidense en empresas chinas, alegando supuestos riesgos de seguridad nacional. La medida desató una ola de incertidumbre entre los inversores y sacudió a toda la industria global de semiconductores.
Según un reporte de The Information, Nvidia ordenó esta semana a sus socios Samsung Electronics y Amkor Technology detener la fabricación del procesador, diseñado específicamente para China con especificaciones reducidas para sortear las restricciones de exportación impuestas por Washington.
La noticia golpeó a Wall Street, las acciones de Nvidia cayeron un 1,1 por ciento en las primeras operaciones del viernes, mientras que sus rivales chinos celebraron el momento. Cambricon Technologies vio dispararse su valor en bolsa un 20% en un solo día, y Huawei y otros fabricantes locales se posicionan como los grandes beneficiados de la crisis.
El frenazo llega en un contexto especialmente delicado. Nvidia ya había cancelado 5 mil 500 millones de dólares en inventario de H20 tras la primera prohibición de la administración Trump, y ahora acumula chips semiterminados en sus plantas, lo que alimenta dudas sobre la viabilidad del producto.
El director ejecutivo de la compañía, Jensen Huang, reconoció desde Taiwán —donde se reunió con TSMC para discutir su próximo chip Rubin— que el panorama es incierto. “Estamos dialogando con ellos, pero es demasiado pronto para saberlo. El H20 fue diseñado únicamente para uso comercial, no militar, y no tiene puertas traseras”, aseguró.
Mientras tanto, Pekín acelera su estrategia de independencia tecnológica. Esta semana, la firma de inteligencia artificial DeepSeek reveló que su último modelo ya está optimizado para funcionar con chips de fabricación nacional, reforzando el discurso oficial de reducir la dependencia de proveedores estadounidenses.
El futuro de Nvidia en China ahora queda en manos de las negociaciones bilaterales y de la política de la próxima administración en Washington. Huang advirtió que un posible sucesor del H20 solo podrá llegar al mercado si recibe luz verde del gobierno de Estados Unidos.
Para los analistas, el golpe es serio. Bloomberg Intelligence advirtió que la suspensión abre “una nueva incertidumbre” sobre la recuperación del negocio de Nvidia en China, aunque la fuerte demanda de chips en Estados Unidos podría amortiguar el impacto.
Los inversionistas tendrán más claridad la próxima semana, cuando la empresa publique sus resultados trimestrales. Será la primera vez que el fabricante de chips más valioso del mundo muestre con cifras reales cómo las crecientes tensiones geopolíticas están reconfigurando su negocio.
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