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En sus 29 años de historia, The Pokémon Company ha vendido cerca de 500 millones de unidades de la serie , y cada nueva entrega ha revolucionado la industria de los videojuegos.
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De acuerdo con Statista, en 2024, se produjeron aproximadamente 11.900 millones de nuevas cartas Pokémon en todo el mundo.
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Pokémon ha experimentado un crecimiento sin precedentes, consolidándose como una franquicia lucrativa y culturalmente influyente a nivel mundial.
Un caso que combina obsesión por el coleccionismo y fraude corporativo ha llamado la atención en Estados Unidos. Mitch William Gross, de 34 años, fue sentenciado por utilizar fondos de su empleador para financiar su afición por Pokémon, un delito que terminó con su ingreso a prisión y obligaciones económicas importantes.
Entre septiembre de 2021 y octubre de 2022, Gross trabajaba para Ruan Transportation Corp., una empresa estadounidense de transporte y logística. Durante este periodo, el hombre realizó múltiples compras personales utilizando tarjetas de crédito vinculadas a la compañía. Los gastos incluyeron tarjetas de regalo prepagas, tarjetas de Pokémon y diversos artículos de juegos, acumulando más de 140,000 dólares (aproximadamente 2.7 millones de pesos).
Para ocultar su actividad, el empleado presentó recibos falsificados y manipuló los informes de gastos, haciendo pasar las compras personales como gastos corporativos legítimos. Esta práctica no solo engañó a la empresa, sino que también involucró un manejo fraudulento de registros financieros, lo que elevó el caso al nivel de fraude bancario según las autoridades estadounidenses.
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Tras una investigación exhaustiva, la Oficina del Fiscal Federal del Distrito Sur de Iowa recabó pruebas suficientes para presentar cargos formales. El hombre fue acusado de fraude electrónico, delito que conlleva penas de prisión y restitución económica. El viernes pasado, fue sentenciado a cuatro meses en prisión federal y se le ordenó pagar 146,590.15 dólares en concepto de restitución a la empresa. Además, al salir de prisión, deberá cumplir tres años de libertad supervisada, como parte de las medidas para garantizar el seguimiento de su conducta futura.
Este caso pone en evidencia cómo las aficiones personales pueden cruzar peligrosamente la línea de lo legal cuando se mezclan con responsabilidades corporativas. El coleccionismo de Pokémon, una pasión que millones de personas disfrutan de manera inofensiva, se convirtió en un delito debido a la apropiación indebida de fondos ajenos. Más allá de la sentencia, el episodio destaca la importancia de sistemas internos de control y auditoría en las empresas, ya que incluso empleados de confianza pueden encontrar formas de manipular gastos y documentos.
La fiebre por los productos Pokémon
El fenómeno Pokémon ha registrado un auge sin precedentes en los últimos años, consolidándose como una de las franquicias más lucrativas e influyentes a nivel cultural en todo el mundo. Solo en 2024, se produjeron aproximadamente 11.900 millones de nuevas cartas Pokémon, un crecimiento constante frente a los 9.700 millones de cartas de 2023 y los 9.100 millones de 2022, lo que refleja una expansión sostenida del interés global por el juego de cartas coleccionables.
Pero Pokémon no se limita a ser un gigante de los videojuegos. La franquicia se ha convertido en uno de los universos de entretenimiento más completos y taquilleros de todos los tiempos. Su alcance abarca una popular serie de anime con más de 1,322 episodios, un exitoso juego de cartas coleccionables, películas que atraen de manera constante a audiencias al cine, y una amplia variedad de mercancía oficial que mantiene la conexión con fans de todas las edades.
Esta combinación de nostalgia, innovación constante y expansión multimedia ha permitido que Pokémon siga vigente, manteniendo su relevancia en un mercado altamente competitivo y consolidándose como un fenómeno cultural global que trasciende generaciones. Y es que este tipo de impacto también lo generan otras marcas como Sanrio o los Labubu.
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