Victorinox, el icónico fabricante suizo de navajas, está considerando trasladar parte de su producción a Estados Unidos como estrategia para mitigar el impacto de los aranceles impuestos por Washington.
La información se dio a conocer mediante una entrevista con la revista alemana WirtschaftsWoche, el presidente ejecutivo Carl Elsener que señaló que la compañía estudia realizar “pasos de procesamiento individuales al final de la cadena de valor, como la limpieza final y el envasado de cuchillos comerciales” directamente en suelo estadounidense. Según Elsener, esta medida podría reducir entre un 10 por ciento y un 15 por ciento el valor de las mercancías sujetas a derechos de aduana.
¿La decisión de Victorinox se produce en un contexto complejo?
La política comercial del expresidente Donald Trump ha elevado recientemente los aranceles sobre importaciones suizas hasta un 39 por ciento, afectando a sectores clave como maquinaria, relojes y chocolate. Estados Unidos representa aproximadamente el 13 por ciento de los ingresos de la compañía, por lo que los costos adicionales de aduana podrían impactar de manera significativa en su negocio. “Los aranceles aduaneros se aplican en un momento ya de por sí difícil. La fortaleza del franco suizo ha sometido nuestra competitividad y márgenes a una presión considerable”, declaró Elsener.
A pesar de este escenario, la empresa no se ve afectada de inmediato: altos inventarios en Estados Unidos significan que los aranceles sólo empezarían a incidir a principios del próximo año. Por ahora, Victorinox mantendrá una postura de espera, evaluando cómo evoluciona la situación económica. La incertidumbre generada por las políticas comerciales estadounidenses también ha impulsado la demanda del franco suizo, considerado una moneda de refugio seguro, lo que encarece aún más los productos suizos en mercados internacionales.
¿Cómo impacta a las marcas el cambio de producción?
El cambio en los esquemas de producción se ha convertido en una de las decisiones estratégicas más determinantes para las marcas a nivel global. La reconfiguración de las cadenas de suministro, impulsada por factores como los costos logísticos, los aranceles internacionales, la búsqueda de sostenibilidad y la presión de los consumidores, está generando un impacto profundo tanto en la operación de las compañías como en su percepción de marca.
De acuerdo con un informe de McKinsey & Company, más del 70 por ciento de las empresas a nivel mundial han replanteado su modelo de producción en los últimos cinco años, ya sea trasladando parte de su manufactura a mercados más cercanos (nearshoring) o integrando procesos más sostenibles. Para marcas multinacionales, esto implica no sólo una reducción de costos, sino también una manera de responder con mayor agilidad a las demandas de los consumidores y a la volatilidad de los mercados.
Son muchas las empresas que están estableciendo este plan para no verse afectados por los aranceles, un caso es el fabricante de electrodomésticos GE Appliances, subsidiaria de la china Haier, anunció un ambicioso plan de inversión de 3 mil millones de dólares para relocalizar parte de su producción desde México y China hacia Estados Unidos. La medida, que se ejecutará en los próximos cinco años, contempla más de mil nuevos empleos y la modernización de plantas en Kentucky, Georgia, Alabama, Tennessee y Carolina del Sur.
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