El comercio ambulante en México es una de las expresiones más visibles de la economía informal. Presente en calles, parques, estaciones de transporte y zonas turísticas, este fenómeno genera empleo para millones de personas, a la vez que plantea retos importantes en términos de regulación, ordenamiento urbano y derechos laborales. Ahora exhiben la desaparición de los carritos de pan y café en la alcaldía Cuauhtémoc.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), más del 55 por ciento de la población económicamente activa en México trabaja en la informalidad. Dentro de ese universo, los negocios ambulantes representan una parte esencial. Se estima que tan solo en la Ciudad de México hay alrededor de 200 mil vendedores ambulantes, aunque la cifra exacta es difícil de precisar por la naturaleza cambiante del sector.
El ambulantaje ofrece una fuente de ingreso directa para miles de familias que, ante la falta de oportunidades en el empleo formal, recurren a este modelo para sobrevivir. Además, tiene un fuerte componente cultural y social, muchos negocios son familiares y operan en comunidades desde hace generaciones.
¿Qué está pasando con los carritos de pan y café en la alcaldía Cuauhtémoc?
Los tradicionales carritos de café y pan, tan comunes al amanecer en las esquinas de la capital y esenciales para miles de trabajadores y estudiantes que buscan un desayuno económico, están desapareciendo de las calles de la alcaldía Cuauhtémoc. Una medida que, aunque busca limpiar y reordenar el espacio público, ha detonado un debate entre autoridades, ciudadanos y expertos sobre el futuro del comercio informal en la capital.
La periodista Itzel Cruz Alanís fue quien encendió la conversación en redes sociales al publicar en su cuenta de X la desaparición de estos puestos en Buenavista. Relató que un vendedor tuvo que despacharle el café “a escondidas” porque la alcaldía “ya no nos deja poner”, una frase que refleja el temor y la incertidumbre entre los comerciantes informales.
En respuesta, Alessandra Rojo de la Vega, alcaldesa de Cuauhtémoc, justificó la decisión con base en la necesidad de “limpiar pisos y banquetas” y reordenar el comercio en zonas que, argumenta, obstruyen el libre tránsito peatonal. Según la funcionaria, se busca llegar a acuerdos con los comerciantes en mesas de diálogo, aunque por ahora, los cambios ya son palpables en puntos clave del centro de la ciudad.
El cafecito de los carritos en #CDMX es justo y necesario para los que madrugamos en las jornadas laborales.
Hoy en Buenavista nos encontramos con un panorama “extraño”. Ni un puesto en los alrededores.
Un señor, a escondidas, nos vendió café y pan. “Es que la… pic.twitter.com/M97geRYezr
— Itzel Cruz Alanís (@i_alaniis) July 30, 2025
Y es que los carritos de pan y café no solo representan una opción accesible para desayunar, también son el sustento de miles de familias. En una ciudad donde el salario promedio apenas supera los 8 mil pesos mexicanos mensuales, según el Observatorio de Salarios de la IBERO, el ahorro que representan estos alimentos frente a cafeterías de franquicia o tiendas de conveniencia es significativo.
En la misma línea, un análisis del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) ha señalado que el acceso a alimentos a precios bajos es fundamental para la estabilidad alimentaria de los sectores más vulnerables.
¿Y si desapareciera el comercio informal?
Eliminar de tajo el comercio informal traería consecuencias profundas. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del INEGI, 33 millones de personas —el 54.8 por ciento de la fuerza laboral en México— trabajan en la informalidad. Esto incluye desde tianguistas hasta vendedores de alimentos como los carritos de pan y café.
Un informe reciente de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo (Canaco) en la Ciudad de México advierte que la expansión del comercio informal genera una competencia desleal para los negocios establecidos, reduce la recaudación fiscal y expone a los consumidores a alimentos sin control sanitario.
Sin embargo, su erradicación no es tan simple. Como explica Vicente Gutiérrez Camposeco, presidente de Canaco CDMX, “el comercio informal es un fenómeno económico y social; no se combate con policías, sino con alternativas formales, capacitación y facilidades para incorporarse a la legalidad”.
Para las autoridades, el reordenamiento del comercio informal es clave en el marco del Mundial de 2026, cuando México será uno de los países anfitriones. La alcaldía Cuauhtémoc —donde se ubica el Estadio Azul, sede de partidos— pretende ofrecer una imagen limpia y ordenada ante los turistas y delegaciones extranjeras.
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