-
Las marcas que muestran historias reales y rostros auténticos generan mayor empatía y credibilidad ante el consumidor, refiere Edelman.
-
El 71 % de los consumidores espera que las marcas tomen posturas claras y representen valores significativos, más allá del producto.
-
Según el estudio Meaningful Brands de Havas Group, las marcas que conectan emocionalmente con historias humanas superan a aquellas con mensajes solo funcionales.

En un esfuerzo por darle rostro humano a las marcas y reforzar el vínculo entre campo y consumo, la tienda del Bienestar impulsada por Claudia Sheinbaum presentó a Anastasia Gálvez, quien es caficultora originaria de México, como embajadora del Café del Bienestar, una marca impulsada por el Gobierno federal para fortalecer la economía local.
El proyecto, desarrollado por la Secretaría de Alimentación para el Bienestar, busca transformar el modelo de comercialización del café en México: eliminar intermediarios, pagar precios justos a los productores y ofrecer un producto de mexicano en las Tiendas del Bienestar. En este contexto, Gálvez no solo representa el origen del grano, sino también el trabajo de miles de familias productoras que sostienen al campo mexicano.
@alimentacion.bienestar ☕️ Nuestro #CaféBienestar tiene rostro. Conoce a Anastasia Gálvez, caficultora que hace posible una bebida de calidad y 100 % mexicana. ✨ 🙌🏾 Con el programa #TransformaciónParaElBienestar ♬ sonido original – Alimentación para el Bienestar
Con el lema “Nuestro café tiene rostro”, la campaña en redes sociales destaca a Anastasia como la voz auténtica detrás del grano: una mujer que conoce la tierra, cultiva con compromiso y ahora invita a las y los mexicanos a consumir un café que representa más que una bebida: una cadena de valor justa, local y con identidad.
El Café del Bienestar es parte de una política más amplia llamada Transformación para el Bienestar, cuyo objetivo es dignificar el trabajo rural y acercar productos accesibles a la población. La presentación de Anastasia como imagen del café refuerza esta narrativa, al posicionar al productor como protagonista en lugar del empaque o la marca.
Con esta estrategia, el gobierno apuesta por humanizar sus productos, demostrar su origen y fomentar el consumo responsable. Porque detrás de cada taza hay historias como la de Anastasia, lo que proyecta para los consumidores mexicanos el esfuerzo, la tradición y una transformación en marcha.
En el marketing contemporáneo, las marcas ya no se construyen únicamente con logotipos, slogans o empaques atractivos. Hoy, los consumidores valoran la autenticidad, la transparencia y el impacto social detrás de los productos que eligen. En este contexto, contar con un embajador o rostro representativo se ha convertido en una estrategia clave para conectar emocionalmente con el público.
De acuerdo con un estudio de Edelman Trust Barometer, el 71 % de los consumidores globales esperan que las marcas tomen posturas claras y cuenten historias reales detrás de sus productos. Esto ha llevado a muchas empresas y también gobiernos a incorporar a personas reales, especialmente productoras o creadoras, como la cara visible de sus iniciativas. No se trata solo de publicidad: es una forma de generar confianza, credibilidad y sentido de pertenencia.
El informe “Meaningful Brands” de Havas Group, también señala que las marcas que logran generar vínculos significativos a través de historias humanas superan en desempeño a las que solo comunican atributos funcionales. En otras palabras, cuando una marca tiene un rostro reconocible y genuino, no solo vende más, sino que también construye comunidad.
En el caso de productos con origen agrícola o artesanal, como el café, el cacao o el mezcal, dar visibilidad a los productores también es una manera de revalorizar el trabajo rural, combatir estereotipos y fomentar modelos de comercio más justos. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), más de 500 mil personas en México se dedican al cultivo de café, muchas de ellas en condiciones de marginación. Por lo que, reconocer su labor y ponerlo en primer plano no solo dignifica su trabajo, sino que también permite al consumidor tomar decisiones más conscientes.
Así, el café no solo sabe a México, sino que también lleva consigo una historia que el consumidor puede reconocer, valorar y compartir.
Ahora lee:
El matcha ya no alcanza y las marcas buscan cómo sobrevivir
Uber VS Tesla en la carrera por los taxis sin conductor
El efecto Sydney Sweeney, y el regreso al estándar clásico en la publicidad