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La piratería representa una pérdida estimada de 60,000 millones de pesos anuales, según Canacintra.
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Según el IMPI, se aseguraron productos que usurpaban marcas como Lego, Sanrio, Hello Kitty y Barbie.
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La Ciudad de México es uno de los principales focos, especialmente en plazas comerciales de origen asiático y mercados ambulantes.

La piratería en la Ciudad de México continúa siendo un hecho persistente, especialmente en mercados donde la oferta de productos asiáticos de imitación ha crecido no solo en volumen, sino en calidad y sofisticación. Artículos como juguetes tipo Lego, muñecas Kuromi y Barbie, además de perfumes y cosméticos, se han convertido en los protagonistas de esta problemática, reflejando que este tipo de comercio ilegal impacta directamente en la economía formal y en la confianza del consumidor.
Recientemente, IMPI, la autoridad encargada de la protección de la propiedad intelectual llevó a cabo operativos en puntos clave de la CDMX como Plaza Terrazas Arenal y Gran Sur, donde se decomisaron más de 11 mil productos falsificados valorados en más de un millón de pesos. Esta acción forma parte de una estrategiaimpulsada por la Secretaría de Economía para combatir el contrabando y proteger la industria nacional y los empleos que de ella dependen. Es así que que se concluyó que fue común encontrar artículos falsificados de Lego, muñecas Kuromi y Barbie.
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Lo que hace que esta nueva ola de productos pirata sea especialmente preocupante es el avance en la precisión con la que se replican los diseños y empaques originales. Mientras antes era relativamente fácil distinguir una falsificación por su baja calidad y acabados evidentes, hoy en día muchos artículos falsos se confunden con los auténticos a simple vista, lo que representa un riesgo significativo para los consumidores que pueden ser víctimas de engaños sin darse cuenta.
Según estimaciones de Canacintra, la piratería genera pérdidas anuales por alrededor de 60,000 millones de pesos en México, afectando principalmente sectores como prendas de vestir, calzado y accesorios, que concentran más del 70% de los productos pirateados. En este contexto, los juguetes y figuras coleccionables, que antes podían considerarse un nicho, están ganando terreno en el mercado ilegal debido a su alta demanda y valor.
Los productos pirateados más comunes incluyen prendas de vestir (26.3%), calzado (25.5%) y accesorios (24.7%), según el Gobierno de México. Sin embargo, en años recientes se ha observado una expansión de este fenómeno hacia nichos como juguetes y artículos coleccionables, donde marcas como Lego, Kuromi, Barbie y los populares Labubus se han convertido en protagonistas del mercado ilegal.
En las calles de la Ciudad de México, últimamente es habitual encontrar Labubus pirata, esas figuras coleccionables que han ganado gran popularidad. La presencia masiva de estos productos falsificados evidencia el alcance que ha tomado la piratería, ya no limitada a productos de baja calidad, sino que ahora incluyen imitaciones que replican con gran precisión los diseños y empaques originales, dificultando su identificación por parte de los consumidores.
Este crecimiento en la calidad y volumen de productos pirata refleja una transformación en el mercado ilícito, que requiere una respuesta integral. Autoridades y organizaciones han implementado estrategias para combatir el comercio ilegal, pero la batalla es compleja debido a la globalización y la facilidad con que estos productos ingresan y circulan.
La piratería no solo representa una pérdida económica para las marcas legítimas, sino que también puede poner en riesgo la salud y seguridad de los consumidores, debido a la ausencia de controles en la fabricación de estos artículos.
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