
A pesar de que el cambio climático es una de las amenazas más discutidas a nivel internacional, su percepción como problema prioritario no es uniforme en todos los países. Aunque los efectos del calentamiento global son cada vez más visibles desde olas de calor extremas hasta escasez de agua y pérdida de biodiversidad, no todas las sociedades lo identifican como la principal amenaza global. Esto sugiere que, más allá del consenso científico, las prioridades ciudadanas siguen moldeadas por realidades locales.
Precisamente, una encuesta global realizada por Ipsos de 2025 reveló marcadas diferencias en la manera en que se percibe el cambio climático en distintas regiones del mundo. En América Latina, por ejemplo, el tema ocupa un lugar central: Perú encabeza la lista con un 69% de los encuestados que lo consideran la amenaza más grande para la humanidad. Le siguen Colombia y México con un 68%, reflejando una creciente conciencia ambiental posiblemente relacionada con los efectos tangibles que ya impactan a la región, como desastres naturales, cambios en las estaciones agrícolas y deterioro ambiental.
En contraste, en países europeos como Italia (22%) y Hungría (12%), el cambio climático parece quedar relegado frente a preocupaciones inmediatas como la situación económica, la migración o los conflictos geopolíticos. Esto es llamativo, dado que Europa ha enfrentado en los últimos años severas olas de calor e incendios forestales. La aparente desconexión entre experiencia y percepción puede deberse a una saturación informativa o a la normalización de estos eventos extremos.
Otros países como Estados Unidos (32%) o India (38%) muestran niveles intermedios de preocupación. En ambos casos, los efectos del cambio climático también se han hecho evidentes, pero las divisiones políticas, religiosas o culturales pueden interferir en la forma en que se percibe la urgencia del problema.
Pese a estas diferencias, el informe destaca un dato clave: el 74% de los encuestados a nivel global se dicen preocupados por los efectos del cambio climático en su propio país. Esta cifra representa un aumento en comparación con la última edición de la encuesta realizada en 2022, lo que sugiere que, aunque no siempre sea visto como la amenaza número uno, el tema ha ganado presencia en la conversación pública.
Más que una simple falta de interés, esta disparidad evidencia cómo las amenazas globales se filtran por el lente de las urgencias locales. La clave está en reconocer que la lucha contra el cambio climático no puede abordarse con una sola narrativa, sino que debe considerar las múltiples realidades sociales, económicas y culturales que definen la percepción del riesgo en cada país.
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