Todas las industrias en el mundo están mejorando sus estrategias de marketing, donde las experiencias siguen dominando la mente del consumidor. Un ejemplo clave es la estrategia que lanzó Adidas este martes 1 de julio, donde al estilo del “fierro viejo” activó el nuevo lanzamiento del Club América en la Ciudad de México (CDMX).
Y es que en un mundo donde los estadios no solo son escenarios para partidos, sino plataformas de entretenimiento integral, el marketing experiencial se ha convertido en una de las estrategias clave para los actores de la industria deportiva. Hoy, no basta con vender boletos, se trata de diseñar vivencias memorables que fidelicen a los aficionados y generen nuevas oportunidades de negocio.
De acuerdo con cifras de la firma Deloitte, el mercado global de la industria deportiva superó los 500 mil millones de dólares en 2024, impulsado principalmente por la diversificación de ingresos más allá de la taquilla y los derechos de transmisión. Dentro de este crecimiento, las experiencias personalizadas representan uno de los rubros con mayor expansión. Un informe de PwC revela que cerca del 70 por ciento de los fanáticos están dispuestos a pagar más por experiencias exclusivas que les acerquen a sus ídolos o les ofrezcan acceso privilegiado a contenido y servicios.
Club América y Adidas, al estilo del “fierro viejo”
En una fusión de tradición popular y pasión futbolera, Adidas y Club América encendieron las calles de la capital mexicana con una activación que llevó el lanzamiento de los nuevos jerseys del equipo a un nivel inédito de cercanía con su afición. Inspirados en uno de los sonidos más icónicos de la Ciudad de México, el inconfundible “¡Se compran fierros viejos!”, la marca deportiva y el club más ganador del país emprendieron un recorrido itinerante para acercar la nueva indumentaria a los seguidores azulcremas.

La marca compartió cómo fue la experiencia, donde para dar continuidad a la euforia, adaptó un camioncito que recorrió la ciudad reproduciendo el característico audio de compra de chatarra, conectando instantáneamente con la memoria colectiva de los capitalinos. La idea: convertir un paisaje sonoro cotidiano en un puente entre la nostalgia y la nueva era del club.
La estrategia se desplegó en dos rutas clave. La primera se centró en puntos neurálgicos para la afición americanista como Coapa, el Estadio Banorte y el Estadio Ciudad de los Deportes. La segunda atravesó sitios emblemáticos de la ciudad, partiendo del Ángel de la Independencia y avanzando hacia la Lagunilla, con paradas en el Monumento a la Revolución y El Caballito. En cada punto, decenas de seguidores se congregaron para intercambiar sus jerseys antiguos por el nuevo diseño, reafirmando su lealtad mientras renovaba su armadura futbolera.

El recorrido estuvo encabezado por la actriz Mariana Treviño y el influencer Iztaparrastra, quienes se encargaron de encender el ánimo entre los asistentes, animar los canjes y reforzar el sentido de pertenencia que caracteriza a la afición azulcrema.
Con este tipo de experiencias, las marcas demuestran que el marketing deportivo puede ir más allá de una transacción comercial, puede convertirse en un homenaje a las raíces y en un recordatorio de que la pasión por el fútbol se vive y se escucha en cada rincón de la ciudad.
Otras marcas deportivas
Son muchas las marcas deportivas como La Fórmula 1 que ha llevado la experiencia más allá de las pistas con sus Fan Zones, espacios que incluyen simuladores, entrevistas con pilotos y zonas VIP. El Gran Premio de la Ciudad de México 2023 rompió récord de asistencia con más de 400 mil personas en tres días, en parte gracias a estas experiencias que transformaron el evento en un festival.
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