
- Fans coreanos piden boicot a El Juego del Calamar 3 por inclusión de cultura occidental.
- Netflix defiende la autenticidad y apunta a la expansión global.
- Estrategia de marketing cultural en juego entre fandom y negocio.
El estreno mundial de la tercera temporada de El Juego del Calamar el 27 de junio generó una reacción inesperada: parte de la audiencia surcoreana impulsó un boicot por lo que consideran una sobreexposición cultural y un giro comercial del fenómeno original.
¿Qué motiva el boicot en Corea? Atentos a preservar la esencia del drama social, algunos grupos acusan a Netflix de desvirtuar el mensaje original y forzar su internacionalización.
La aparición de una figura hollywoodense (Cate Blanchett) en el adelanto de Squid Game USA activó cuestionamientos sobre una posible “pérdida de identidad coreana”.
Esto se suma a las controversias previas, como la del personaje Cho Hyun-ju, una mujer trans interpretada por un actor cisgénero, que avivaron la discusión sobre representatividad.
Las opiniones culturales más críticas sugieren que la serie transita hacia una versión comercial, menos fiel a su narrativa anti-capitalista.
Esta tensión refleja un dilema habitual en marketing cultural: ¿cómo ampliar el alcance sin perder la voz original?
La jugada de Netflix con El Juego del Calamar 3: ¿riesgo o estrategia?
Para Netflix, este movimiento no es caprichoso, sino parte de una estrategia global para mantener viva la franquicia. Es más que sabido que los lanzamientos por partes generan expectativa y cobertura mediática constante y que la presencia de celebridades internacionales fortalece el atractivo en mercados clave como Estados Unidos.
Asimismo, generar diálogo (incluso polémico) entre patrióticos y fans globales puede amplificar el alcance en las redes sociales.
En su estreno, la temporada 3 de El Juego del Calamar mantuvo picos de menciones en redes como Instagram y X, incluso superando a series como Bridgerton.
El informe de Netflix confirma que Squid Game es el modelo de poder cultural coreano: con una presencia semanal constante en top listas y fidelidad entre el 61% y 80% de la audiencia global.
Qué implica para tu marca y estrategia de marketing
El boicot deja claro que pasar una marca local a global puede erosionar su conexión emocional.
Por otra parte, alimentar fandom puede ser más efectivo que buscar audiencia nueva; hay que encontrar ese equilibrio.
Otro elemento a tener en cuenta es el storytelling cultural como ventaja competitiva: Netflix ha demostrado que narrar identidad (género, nación) puede ser tan valioso como la acción o el producto.
Aunque el boicot es negativo, genera ruido, menciones y participación social (y todos los sabemos: engagement es igual a más visualizaciones).
Cómo actuar si tu campaña enfrenta críticas culturales
- Revisar elementos regionales con consultores locales.
- Incluir voces diversas desde la creación: no reaccionar, sino anticiparse.
- Usar plataformas de feedback temprano antes del lanzamiento masivo.
El boicot en Corea a Squid Game 3 no es sólo un tema de entretenimiento: es una lección de marketing cultural, gestión de identidad y expansión global.
Netflix apuesta por mantener la relevancia y la polémica, mientras lidera un debate sobre cómo las marcas deben actuar cuando escalan y enfrentan fricciones culturales.
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