La batalla por el título de la consola más vendida de todos los tiempos está más viva que nunca. Nintendo Switch, el versátil sistema híbrido que revolucionó la forma de jugar al ofrecer la posibilidad de usarla como consola de sobremesa o portátil, está a punto de marcar un nuevo récord histórico. Con más de 152 millones de unidades vendidas hasta marzo de 2025 y la proyección de vender otros 4,5 millones en el próximo año fiscal, la Switch podría destronar a la icónica PlayStation 2 de Sony, que se mantiene en la cima con cerca de 160 millones de unidades vendidas desde su lanzamiento en 2000.
Lo que hace especial a la Switch no es solo su éxito en números, sino cómo ha sabido adaptarse a una industria en constante evolución. La llegada de una nueva generación, la esperada Switch 2, no parece amenazar el ciclo de vida prolongado de su antecesora. Nintendo ha encontrado un equilibrio estratégico al mantener la Switch original como una opción accesible para quienes buscan una experiencia de juego sencilla y económica, mientras avanza con su nueva consola.
Este fenómeno refleja una tendencia más amplia en la industria de los videojuegos: la diversificación del mercado y la expansión de la base de jugadores. Consolas que antes se lanzaban con ciclos de vida más cortos ahora se mantienen en catálogo más tiempo, apoyadas por actualizaciones de software y un amplio catálogo de juegos, lo que favorece la acumulación de ventas a largo plazo. Además, la integración de componentes móviles y la conectividad online han transformado la manera en que los usuarios interactúan con sus consolas.
La gráfica que acompaña esta nota nos invita a recorrer la historia de las consolas que han marcado generaciones, desde la PlayStation 2, pasando por la Nintendo DS y la Xbox 360, hasta llegar a la actual Switch. Cada una de estas plataformas no solo refleja el avance tecnológico de su época, sino también cómo la cultura gamer y las preferencias del público han ido evolucionando.
Mientras la Switch se acerca al récord histórico, la pregunta clave es si la próxima generación podrá superar ese legado o si, por el contrario, los jugadores se inclinarán por nuevos modelos de entretenimiento digital como el juego en la nube o los dispositivos móviles. Sin embargo, lo que parece claro es que la pasión por los videojuegos sigue creciendo, y la industria está en un punto de inflexión donde la innovación y la nostalgia coexisten para definir el futuro del ocio interactivo.
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